"Los pirahã tienen una lengua sin números, sin pronombres, sin colores, sin tiempos verbales, sin oraciones subordinadas y con sólo ocho consonantes (siete en el caso de las mujeres) y tres vocales"
“Restringen la comunicación a la experiencia inmediata”
“No hay entre los Pirahãs memoria individual o colectiva más allá de dos generaciones y ninguno es capaz de recordar los nombres de sus cuatro abuelos”
“Nadie debería extraer la conclusión de que el lenguaje Pirahã es primitivo. Tiene la morfología verbal más compleja de la que yo sea consciente. Los Pirahã son la gente más brillante, agradable y divertida que conozco.
Daniel Everett, lingüista exmisionero, actualmente ateo.
La historia comienza así: Un misionero cristiano es enviado al Amazonas, a la ribera del río Maici, para aprender la extraña lengua de una tribu de más o menos 200 personas y así poder predicar.
Se dedica a investigar la lengua y cultura de la tribu. Años más tarde descubre que la lengua que esta estudiando no es una lengua cualquiera: una lengua sin números, sin pronombres, sin colores, sin tiempos verbales, sin oraciones subordinadas y con sólo ocho consonantes (siete en el caso de las mujeres) y tres vocales, los pirahã se comunicaron con el misionero durante 25 años que duró su estancia entre ellos. Esta experiencia cambia sustancialmente la manera de pensar del misionero: no sólo abandona la prédica religiosa, sino que se hace ateo después de las irrupciones de los indígenas por probar empíricamente lo que el religioso predicaba. Su mujer se divorció de él, y los misioneros le retiraron el subsidio.
Bueno, aunque parezca mentira, nada de esto es ficción: el nombre del protagonista de esta historia es Daniel Everett y la lengua de la que estoy hablando es la lengua Pirahã.
Si quieres conocer en profundidad las aventuras de Dan en el Amazonas, puede comprar su reciente libro Don’t Sleep, There Are Snakes: Life and Language in the Amazon Jungla. (“No duermas; hay serpientes”, la forma de los pirahã para decir buenas noches).También se puede optar por esperar al estreno de la película, por cuyos derechos ya hay tratativas…
¿Pero es tan especial esta lengua?
La lengua pirahã es una lengua aislada. Esto quiere decir que ya han dejado de hablarse las lenguas que estaban emparentadas con ella. Este caso no es único, por ejemplo el vascuence es también una lengua aislada.
Sobre los pocos fonemas (ocho consonantes y tres vocales), puede parecer increíble que todo un idioma pueda construirse con un número tan escaso de letras. Ellos tienen tres vocales y nosotros cinco, sí. Pero no está de más recordar que el catalán tiene siete. Y que el latín tenía diez. Aun así, sí, es cierto que es increíble que con once fonemas se puedan construir infinitos mensajes. ¿Pero no es igual de increíble que cualquier idioma pueda transmitirse en lenguaje binario, un idioma con sólo dos «fonemas»: cero y uno? Sin ir más lejos, es el idioma que utiliza la red para traducir tus pensamientos a tu ordenador.
En cuanto a los colores, Dan Everett se muestra escéptico con sus propias afirmaciones. Por lo visto se sospecha que los pirahã toman como una especie de broma el hacer creer a los investigadores que no distinguen los colores.
¿Y qué pasa con los números? Es extraño, ciertamente, que los pirahã carezcan del número dos y del número tres. Pero en esloveno, por ejemplo, existe el número dual. Esto es: los eslovenos tienen un morfema especial para hablar específicamente de «dos perros». Seguramente, un esloveno encuentra increíble el hecho de que nosotros no tengamos más manera de hablar de dos perros que añadiendo otra palabra al plural (en este caso, el número «dos»). Además, el hecho de que los pirahã distingan entre un pez (hoy) y varios peces (Hoi) prueba que en su sistema conceptual existe el número, y el que sepan duplicar un montón de exactamente cinco frutas demuestra que la carencia del número cinco en su léxico no les priva de dicho número en su mente.
Puede ser que en occidente estemos demasiado acostumbrados a las lenguas estándar medias europeas, ya que prácticamente todas proceden de una protolengua común, el indoeuropeo, y porque una parte enorme del léxico de todas procede de fuentes latinas o griegas. Según Everett, los pirahãs no requieren recursión (oraciones subordinadas: realizar frases complejas, una dentro de la otra) porque se limitan a referir cosas inmediatas (sólo hacen referencia a eventos y cosas que han visto o presenciado ellos mismos o alguna persona otra persona que conozcan), para lo que les basta y sobra con cláusulas simples. Quizás sea esa la razón por la que no hacen uso de la recursividad… o quizás sea una manera fácil de comunicarse con el hombre extranjero, misionero obstinado, hablando claro y simple…
"¿Quién creó las cosas?", les preguntó Everett. "Todo es lo mismo", respondieron los indios, queriendo decir que nada cambia y por lo tanto nada fue creado.
Bien claro, ¿no?
El eurocentrismo puede que nos ciegue a la hora de darnos cuenta de que quizás la lengua de los pirahã no sea tan extraña, sino simplemente diferente. Y que todo tiene su contexto. Según Everett, tras ocho meses de lecciones, los propios Pirahã abandonaron: ninguno fue capaz de contar más de tres, ni responder correctamente a sumas de uno más uno o tres más uno. Tampoco fueron capaces de aprender otro idioma que no fuera el suyo. "Tenemos la cabeza diferente", dijeron entonces los indios. Tan diferente, que se llaman a sí mismos "cabezas rectas", mientras los extranjeros son para ellos "cabezas torcidas".
“Los Pirahã son la gente más brillante, agradable y divertida que conozco. La ausencia de ficción formal, mitos, etcétera, no significa que no jueguen, mientan o no puedan hacerlo. De hecho, disfrutan mucho haciéndolo, particularmente a mis expensas, siempre con buena intención” dice Everett.
¿Quien nos dice que lo que hace únicos a los pirahã no sea el bromear a costa de un cabeza torcida testarudo vendedor de otros dioses durante 25 largos años?
O quizás nosotros seamos los cabeza torcidas capaces de catalogar otra cultura ancestral en un producto exótico y llamativo para el mercado (Noam Chomsky y sus discípulos así lo temen) y deseamos que toda la humanidad tenga la cabeza como la nuestra, torcida.
De todas formas, hasta que no vuelvan a estudiar esa tribu, no podremos saberlo. Mientras, tenemos la experiencia de este hombre que, sea como fuere, vivió con ellos 25 años y cambió drásticamente sus creencias: se hizo ateo.
“-¿Jesús es moreno como nosotros o es blanco como tú?
- No sé, no lo he visto
- ¿Qué dijo tu papa? Porque tu papa seguro que lo vió.
- No, él nunca lo vió.
- Oh, ¿y tus amigos que lo vieron que dicen?
- No, en realidad no conozco a nadie que lo haya visto.
- ¿¿¿Entonces para qué nos hablas de él???”
Fuentes:
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