Monday, November 26, 2012

El destino del hombre: guerra y paz.

Marvin Harris ("Nuestra especie").


"Permítaseme señalar en un tono pesimista que nuestra especie no tiene la capacidad para ejercer un control consciente e inteligente sobre el destino del hombre. Es este un hecho paradójico, teniendo en cuenta que somos los únicos organismos con cerebros dotados de una «mente» que tiene conciencia de procesar información, tomar decisiones, planificar el comportamiento y del esfuerzo intencionado por alcanzar metas futuras. Pero mirando hacia atrás, se aprecia que todos los pasos importantes en la evolución cultural tuvieron lugar sin que nadie comprendiera conscientemente lo que estaba pasando.

Los hombres que participaron en las transformaciones que llevaron desde los recolectores hasta los faraones tomaron decisiones conscientes y eran tan inteligentes, despiertos y reflexivos como nuestras generaciones modernas. Decidieron prolongar o aplazar tal o cual actividad por un día o una temporada, cazar o no cazar determinada especie, levantar el campamento o permanecer en el mismo lugar (...) Nadie decidió jamás convertir la residencia patrilocal en matrilocal, o las formas de redistribución igualitaria en formas de redistribución estratificada, o la guerra interna en guerra externa.

Cada una de las grandes transformaciones que tuvieron lugar en la historia y prehistoria fue consecuencia de decisiones conscientes, pero las decisiones conscientes no tuvieron por objeto grandes transformaciones. La destrucción completa de recursos naturales, que ha desempeñado un papel primordial en la historia de la evolución cultural, corrobora esta forma inconsciente de conciencia. Los recolectores del período glaciar no perseguían de forma intencionada la extinción de los mamuts, bisontes gigantes, caballos y otras especies de caza mayor.
 
El siglo XX parece una verdadera cornucopia de cambios inintencionados, indeseables e inesperados. El automóvil, meramente pensado como máquina para ayudar a la gente a ir de un sitio a otro más deprisa que a caballo o en calesa, modificó por completo las pautas de asentamiento y las prácticas comerciales de las sociedades industriales. 

Nadie persiguió o previó la transformación de tierras agrícolas en zonas residenciales, las desoladas fajas de tierra que bordean tantas carreteras y la consagración de los centros comerciales como nuevos centros de vida social.

Nadie previó tampoco el aspecto del rostro humano durante un bloqueo total del tráfico, la ansiedad e hipertensión que provocan las caravanas de coches de causa desconocida, o los hierros retorcidos y la sangre en la carretera dos horas más tarde.

Y seguro que nadie quiso que los automovilistas tardaran más hoy día en llegar al trabajo o desplazarse de un extremo a otro de la ciudad que los conductores de coches de caballos. 

¿Sabían nuestros padres de la acumulación industrial de residuos tóxicos en todos los elementos sólidos, líquidos y gaseosos que mantienen en vida a la naturaleza? 

Mientras limpiaban y cuidaban sus coches como si de animales de compañía se tratara, ¿se pararon acaso alguna vez a pensar qué pasa con los vapores excrementicios que emiten los motores? 

Esperaban que la química les deparara una vida mejor, y la tuvieron en forma de nuevas fibras, materias plásticas y aleaciones. No esperaban una vida peor por culpa de la química en forma de vertederos domésticos e industriales cancerígenos, y ríos, lagos y mares rebosantes de PVC y peces contaminados.

Querían electricidad, pero no querían que la combustión de carburantes fósiles se convirtiera en lluvia ácida, que mata los árboles y envenena los lagos de las montañas. 

Tampoco querían que los gases de los frigoríficos destruyeran la capa de ozono que nos escuda contra el cáncer de piel, ni que otras emisiones industriales amenazaran con fundir los casquetes polares e inundar ciudades bajo 30 metros de agua.

Los acontecimientos políticos y económicos del siglo XX revelan la misma pauta de consecuencias inintencionadas, imprevistas e indeseables: una guerra para terminar con todas las guerras seguida de otra para garantizar la democracia en el mundo, seguida de un mundo lleno de dictaduras militares. La gran revolución que debía dar a la clase trabajadora una utopía comunista les dio una policía secreta, viviendas atestadas y largas colas delante de los comercios. Para no ser menos, un cuarto de siglo después de que el gobierno estadounidense declarara la guerra a la pobreza, más norteamericanos que nunca se hallan hoy sin hogar y mendigan por las calles.

Nadie quiere la pobreza, y menos los mendigos, pero la pobreza subsiste. 

Nadie quiere recesiones, la caída del mercado de valores o el abandono de las explotaciones agrícolas familiares, pero estas cosas suceden de todos modos.

Gran número de mujeres casadas empezaron a entrar en el mercado del trabajo en los años sesenta con la intención de completar los ingresos de sus maridos. Treinta años más tarde, un segundo sueldo se hizo indispensable para sufragar una vivienda como Dios manda, y convirtió tener hijos como Dios quiere en un lujo inasequible.

¿Cómo se decidieron estas cosas? 

Sí, hay también cosas buenas como son la erradicación y curación de la viruela y otras enfermedades epidémicas, el aumento de la esperanza de vida, niveles de consumo más elevados en algunas partes de Asia, y la eliminación de barreras comerciales y de rivalidades militares centenarias en Europa occidental. En otros ámbitos, empero, los esfuerzos por conseguir cambios fundamentales siguen siendo de una ineficacia espectacular. En cifras absolutas, hay en el mundo más hombres pobres y crónicamente subalimentados al final que al principio del siglo XX, y no hay un país en que los ricos no sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Cifras nunca antes alcanzadas de préstamos irrecuperables amenazan la solvencia del sistema bancario internacional con consecuencias que nadie se atreve a predecir. 

El negocio de la droga ha arruinado más vidas, matado a más gente y causado más robos al final del siglo XX que en cualquier otro momento de la historia o prehistoria. 

Los pelotones de ejecución, las policías secretas y la tortura de prisioneros están hoy más que nunca a la orden del día, y los grupos étnicos, religiosos y raciales se matan entre sí a una escala nunca vista: protestantes contra católicos en Irlanda del Norte, judíos contra palestinos en Israel, cristianos contra musulmanes en Beirut, chiítas contra sunitas en Arabia Saudí, hindúes contra musulmanes en la India, sijs contra hindúes en el Punjab, tamiles contra ceilandeses en Sri Lanka, hutus contra watusis en Burundi, negros contra «afrikaners» en Sudáfrica, blancos contra negros en Norteamérica, armenios contra azerbaiyanos en la Unión Soviética, irakíes contra kurdos en Irak, vascos contra españoles en España.

¿Imaginaron alguna vez los hermanos Wright que el milagro de volar no iba a poder suceder sin que los pasajeros pasaran primero por rayos X, detectores de metales y cacheos? 

¿O que personas inocentes fueran a morir simplemente por estar sentados en la terraza de un café, bailando en una sala de fiestas, haciendo cola en un mostrador de aeropuerto o descansando en un crucero?

Abundan los ataques de guerrilleros y las guerras en toda regla: Irak e Irán, Líbano e Israel, «contras» y sandinistas, Argentina y Gran Bretaña, Estados Unidos y Granada, Etiopía y Eritrea, Vietnam y Camboya, Unión Soviética y Afganistán -sin mencionar los movimientos guerrilleros en Angola, Mozambique, Namibia, Ecuador y Filipinas. En cuanto termina uno de estos conflictos comienza otro: no hay razón alguna para esperar que vayan a disminuir estas matanzas. Prácticamente todas las potencias industriales, tanto en Oriente como en Occidente, fabrican y venden lo último en armamento, salvo bombas atómicas, a docenas de países que se temen o se odian.

A la luz de todas estas calamidades no intencionadas, me pregunto si efectivamente estamos algo más cerca del control consciente de la evolución cultural que nuestros antepasados de los albores de la Edad de Piedra. 
Como ellos, no paramos de tomar decisiones;
pero, ¿acaso somos conscientes de que estamos determinando las grandes transformaciones necesarias para la supervivencia de nuestra especie?

¿Acabará en guerra nuclear el experimento de la naturaleza y la cultura? Nadie conoce la respuesta, pero hay muchas razones para ser pesimista. Los arsenales nucleares albergan armas suficientes para matar de forma definitiva a toda la especie humana y gran parte del mundo animal y vegetal que conocemos. ¿Qué clase de principios prácticos, morales o éticos legitima a un pequeño número de expertos para jugarse el futuro de nuestra especie apostando a que las armas nucleares nunca se llegarán a utilizar? Es una apuesta que se ha hecho sin contar en absoluto con el consentimiento de la gente que va a morir si resulta que los estrategas han errado. 


Desde la perspectiva de la evolución, la crisis a la que nos enfrentamos en la actualidad es, inevitablemente, la crisis del Estado como forma de organización política depredadora, nacida, alimentada y difundida por la fuerza. Por consiguiente, es muy probable que nuestra especie no sobreviva el siglo próximo, o ni siquiera la mitad de aquél, si no trascendemos las exigencias insaciables de soberanía y hegemonía que plantea el Estado. Y el único medio para llegar a ello muy bien pudiera consistir en trascender el propio Estado creando de manera consciente formas nuevas de mantener la ley y el orden a escala mundial y sumiendo la soberanía de los Estados existentes en una federación mundial cuyos miembros accediesen al desarme total.
 
¿Cuáles son las perspectivas de que la evolución cultural se desvíe de su trayectoria suicida? La paz mundial parece mucho más lejana que la guerra mundial, dada la fama de realistas astutos que se atribuye a los belicistas y de soñadores quijotescos que tienen los pacifistas. Puesto que me parece virtualmente imposible que nuestra especie pueda sobrevivir a otra guerra mundial, nuestra única esperanza reside en encontrar vías pacíficas para llevar a término esa tendencia hacia la unidad. Es fundamental que en la lucha por la conservación de la mente y la cultura en la Tierra lleguemos a comprender de forma más clara los límites que nos impone la naturaleza. Tenemos que librarnos de la idea de que somos una especie agresiva por naturaleza que no sabe evitar la guerra. 
Como demuestran los hechos, hemos de rechazar, por carecer de base científica, las pretensiones de que existen razas superiores e inferiores y de que las divisiones jerárquicas son consecuencia de una selección natural y no de un largo proceso de evolución cultural. 
Tenemos que reconocer hasta qué grado no podemos controlar todavía la selección cultural y tenemos que luchar por llegar a controlarla mediante el estudio de la condición humana.

Sólo la perspectiva de la comprensión mutua, aparte de la cultura propia de cada uno, nos permite concebir esperanzas de una reconciliación mundial y de poner fin a la amenaza de destrucción mutua."
 


El libro completo aquí:
http://www.bsolot.info/wp-content/uploads/2011/02/Harris_Marvin-Nuestra_especie.pdf

Saturday, November 24, 2012

Diwali y Loy Krathong: iluminando la vida.

No pierdas el tiempo
Pensando en lo que ya pasó
O en lo que aún no ha pasado.
Tañe las campanas que aún pueden repicar,
Olvídate de tu ofrecimiento perfecto;
Todo tiene una grieta:
Así es como entra la luz.
 
 Leonard Cohen, poeta, novelista y cantante.


La vida tiene sus retos: un revés en tu carrera, una discusión, una tragedia real como la muerte de un ser querido... y las más de las veces sentimos que todas estas desgracias nos llegan a la vez, sin darnos tiempo a respirar... ¿o es que no encontramos tiempo para hacerlo? Sogyal Rimpoché, maestro tibetano, advierte que "en un mundo dedicado a la distracción, el silencio y la quietud nos aterrorizan, y nos protegemos de ellos por medio del ruido y las ocupaciones frenéticas. Contemplar la naturaleza de nuestra mente es lo último que nos atreveríamos a hacer. Algunas veces pienso que no queremos plantearnos realmente ninguna pregunta acerca de quiénes somos, por miedo a descubrir que existe otra realidad distinta a ésta. A veces, aunque la puerta de la celda esté abierta de par en par, el preso no quiere escapar." Así que, a veces, es necesario recalibrar y dejar pasar la luz, tanto mejor en compañía.

El Diwali o la Fiesta de las Luces (también llamado Divali o en sánscrito, Deepavali o Deepawali) es la gran fiesta de India: la entrada del nuevo año hindú. Se celebra en torno a mediados de octubre y mediados de noviembre, en la noche de luna nueva. Es una fiesta religiosa que celebran varias religiones en India, como el hinduísmo, el budismo, el sijismo y el jainismo. Por eso, Diwali es celebrado también en Nepal, Singapur, Sri Lanka, Myanmar, Fiji, Trinidad y Tobago, Islas Mauricio, Malasia y Guayana. 

La Reina de las Fiestas es Lakshmí, esposa del dios Vishnú, diosa que simboliza la buena suerte, la belleza y quien otorga la prosperidad y la riqueza. También, el popular dios Ganesha es especialmente venerado (el Señor de comienzos auspicios) y Hánuman (Eliminador de Obstáculos).

Por su parte, los sijs celebran la liberación de su sexto gurú, Hargonbind, y para los jainitas, en el día de Diwali falleció el santo Mahavirá (549 – 477 a. C.), creador del jainismo, de forma que la mayoría de las personas en India tienen un motivo religioso de celebración.

La fiesta tiene lugar en el decimoquinto día de la quincena oscura del mes de kārttika (que cada año puede caer entre el 21 de octubre y el 18 de noviembre), y puede durar cuatro o cinco días.
Conmemora la muerte del demonio Narakasura a manos de Krishná y la liberación de las dieciséis mil doncellas que tenía prisioneras. Celebra también el regreso a la ciudad de Ayodhyā del príncipe Rāma tras su victoria sobre Rāvaṇa, rey de los demonios.

Según la leyenda, los habitantes de la ciudad llenaron las murallas y los tejados con lámparas para que Rāma pudiera encontrar fácilmente el camino. De ahí comenzó la tradición de encender multitud de luces durante la noche.

Las casas se limpian de forma especial y se adornan con diversos motivos y lámparas de aceite o velas que se encienden al atardecer. Es el momento para renovar los libros de cuentas, hacer limpieza general, reemplazar algunos enseres del hogar y pintarlo y decorarlo para el año entrante. Es usual celebrar una comida compuesta de sabrosos platos y dulces, hacer regalos a las personas cercanas y familiares, los fuegos artificiales y los juegos. En muchos pueblos y aldeas pueden verse en los días de Diwali los llamados “melas”. Algo así como ferias en las que los campesinos venden y compran los productos, mientras las chicas y mujeres visten de formas muy coloridas estos días a lo largo del país, decorando manos y muñecas con henna y adornándose con vistosas joyas.

Además,  la diosa favorecerá de forma especial
a quienes se reconcilien con sus enemigos.

Se aconseja instalar un altar en un lugar preferente de las casas donde esté presente una imagen de Lakshmí a la que se le ofrecerán flores, incienso y monedas. Al anochecer se abren todas las ventanas y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela, repitiendo el mismo mantra, para que Lakshmí entre para el resto del año. Actualmente, es muy popular jugar a las cartas durante los días de Diwali, ya que al ser unas fiestas relacionadas con Lakshmi, se piensa que traerán fortuna a todos aquellos que participen.
También se lanzan barcos de papel o lamparillas encendidas a los ríos sagrados. Se dice que cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año nuevo y se elaboran unos diseños llamados manorā, que son unos dibujos hechos en las paredes y que se adornan durante el festival.

A la salida del sol es de ritual lavarse la cabeza, lo que tiene el mismo mérito que bañarse en el sagrado río Gangā (el Ganges). El simbolismo de la fiesta consiste en la necesidad del ser humano de avanzar hacia la luz de la Verdad desde la ignorancia y la infelicidad.

Mientras, en Tailandia, se celebra la fiesta de “Loy Krathong” o la fiesta de los farolillos tailandeses. La traducción de “Loy” es “flotar” y “Krathong” es “balsa”. Normalmente se fabrica con el tronco del banano y tiene unos 20 o 25 centímetros de diámetro. Dentro, se decora con flores, pequeñas hojas y 3 inciensos (aunque los departamentos gubernamentales, grandes empresas y otras organizaciones construyen balsas mucho más grandes y elaboradas, que toman parte en concursos). En esta noche la gente ofrece las balsas construidas artesanalmente al río y las despide con un ritual y mucha fe. 

Según los escritos de S.M. el Rey Rama IV (1863), el festival, brahmánico en su origen (Diwali), habría sido adaptado por los budistas tailandeses como ceremonia en honor de Buda. Además de venerar a Buda con las luces de las candelas de las pequeñas balsas, el acto de hacer navegar éstas por el río simbolizaría la renuncia y superación de todos los rencores, malos humores y puntos flacos de cada uno, a fin de comenzar una nueva vida sin ellos y dando gracias a todo lo positivo. Antiguamente, los tailandeses solían hacerse cortar las uñas de sus manos y los cabellos, haciéndolos flotar también con las balsas, como símbolo de las partes negativas de uno mismo que se dejan atrás, . Muchos tailandeses creen que dejar flotar un “krathong” les proporcionará buena suerte y lo hacen en honor y agradecimiento a la diosa del agua, Phra Mae Khongkha.

Cuando se ofrece la krathong a esta diosa, se acostumbra a pedir un deseo y el ritual es la unión con los dioses y la naturaleza. A medida que los miles de farolillos se alejan flotando, bajo los mismos se celebra una fiesta asombrosamente bella y feliz en la que tienen lugar espectáculos de fuegos artificiales y concursos de belleza, que se conocen como "Concursos de la Reina Noppamas". Según la leyenda, Noppamas fue la consorte del rey Loethai de Sukhothai (siglo XIV) y la primera en hacer flotar “krathongs” decorados.


Fuentes:
http://www.boston.com/bigpicture/2012/11/diwali_2012_festival_of_lights.html
http://blog.lasociedadgeografica.com/festividades/que-es-diwali-sociedad-geografica-de-las-indias/
http://tuguiaenchiangmai.com/fiesta-de-loy-kratong-en-chiang-mai/
El libro tibetano de la vida y la muerte- Sogyal Rimpoché.

Wednesday, November 21, 2012

La economía de las brujas: la economía del cuidado.

"La cadena de montaje empieza en la cocina, en el lavabo, en nuestros cuerpos." Silvia Federici, historiadora.

"La economía ya no es producir valor ni satisfacer necesidades. Economía es dinero y dinero es economía, no hay más." Amaia Perez Orozco, economista.

"Un Estado de bienestar que crea un modelo económico que ignora las dinámicas naturales y la equidad entre personas es engañoso." Yayo Herrero, antropóloga y educadora.

 

 

 Amaia Perez Orozco, economista.


"La economía, tal como la conocemos hoy, es una construcción social y no algo que haya existido siempre.

En lengua cañarí (Ecuador) las ideas de trabajo asalariado, por cuenta propia, empleo, etc. no existían. Las distintas formas de trabajo reconocidas eran: 

LLAMCAY, trabajo; 
MINCA, trabajo comunitario; 
AINI, trabajo colectivo familiar; 
RANTINPAC, trabajo solidario, de ayuda mutua; 
MITA, trabajo obligado, forzado por los españoles / por turnos en el incaico; y MAQUIMAÑACHII, trabajo de colaboración mutua, que se devuelve. 

No se encuentra traducción para palabras que hoy utilizamos diariamente como sueldo, salario, riqueza, oferta, privado, acumular, individuo, empleo. La palabra economía fue introduciéndose con la llegada de los españoles como MISA CANA (MISA mezquino, tacaño / CANA hacer el oficio ‐ futuro). 

“Tal vez por el proceso indiscriminado de la colonia, los indios vieron a la economía colonizadora como un sistema egoísta con el futuro” (Escobar, 2008).

Este es un primer motivo para preguntarnos qué es la economía. Nuestra forma de entender la economía surge en el siglo XVIII con la Revolución Industrial y el capitalismo, con los autores de lo que llamamos economía política clásica (Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, Karl Marx…). Y hay, al menos, un segundo motivo: la profunda molestia que sentimos las mujeres cuando se dice que hemos estado durante largos años inactivas. ¿Inactivas cómo?, ¿sin hacer nada?, ¿dependiendo de que otros nos dieran de comer?, ¿de brazos cruzados?

La economía ya no es producir valor ni satisfacer necesidades, sino que lo económico viene definido por los movimientos de dinero. Economía es dinero y dinero es economía, no hay más. Y trabajo es el que se paga, no hay otro. La economía va dejando de ser social, y cada vez es más técnica.

La crisis de los cuidados es un problema socioeconómico de primer orden que sólo puede percibirse en toda su magnitud si dejamos de centrar la visión en los mercados y lo monetizado y la situamos la sostenibilidad de la vida; es decir, si buscamos comprender “las formas en que cada sociedad resuelve sus problemas de sostenimiento de la vida humana” (Carrasco, 2001a: 12). 

La economía no es reductible a los mercados, sino que economía es mantener la vida, sea o no a través de las esferas monetizadas.

Necesidad de cuidados implica que es ésta una necesidad de todas las personas en todos los momentos del ciclo vital. Hoy se contempla el daño o la necesidad de cuidado como un hecho individual. El cuidador o cuidadora que sólo cuida, el dependiente, que sólo recibe cuidados. No se concibe que todos en toda relación somos a la vez cuidadores y objeto de cuidados, curadores y objeto de cura.”


Yayo Herrero, antropóloga y educadora.


"Un Estado de bienestar que crea un modelo económico que ignora las dinámicas naturales y la equidad entre personas es engañoso. El aire limpio, los trabajos relacionados con los cuidados de la vida humana y la reproducción social, la propia renovación generacional de la mano de obra, el trabajo de la fotosíntesis que realizan las plantas, o los servicios del regulación del clima que realiza la Naturaleza, siendo imprescindibles para el mantenimiento la vida, no suman en ningún lugar.

La actual crisis civilizatoria es también una crisis de la forma en que se percibe y valora la riqueza. Uno de los ejes centrales de cambio es asumir que vivimos en un mundo con límites. Límites en cuanto a la naturaleza y en cuanto al propio cuerpo humano vulnerable y finito. Aceptar la existencia de ambos límites es imprescindible para la consecución de una vida digna para todas las personas compatible con la sostenibilidad del planeta. 

El mercado se nos presenta como protagonista de la actividad humana, aunque su aportación a nuestra supervivencia es mucho menor que la que tiene el trabajo asociado a la reproducción social y de la naturaleza. Para ejemplificar esta desproporción, tanto la economía feminista como la ecológica usan la metáfora del iceberg. Flotando en la superficie visible está el mercado. Debajo, haciéndolo flotar, con un tamaño mucho mayor, el trabajo oculto de los hogares y la aportación de los ciclos naturales. 

Según Vandana Shiva, las sociedades humanas se mueven dentro del funcionamiento de tres esferas económicas: la economía de la naturaleza, la economía de la supervivencia y la economía de mercado. Ésta última ha crecido exponencialmente a costa de las otras dos, que no han hecho más que disminuir y deteriorarse. El problema es que ellas son la base de la última, pues conforman la economía de la vida."

Silvia Federici, historiadora.


"Nosotros decimos que la cadena de montaje empieza en la cocina, en el lavabo, en nuestros cuerpos. El capitalismo ha entendido esto, puesto que es el sistema de explotación que más que cualquier otro ha enfatizado la importancia del trabajo. Así que tiene muy claro que las mujeres son el sujeto productivo más importante, pero para mantener esta producción de la forma más barata posible, este trabajo se ha hecho invisible

La expulsión del campesinado de sus tierras, el proceso de colonización, el comienzo del tráfico de esclavos y la caza de brujas: todos estos fenómenos están conectados, y son parte de la acumulación capitalista, de la acumulación de la clase trabajadora, de la acumulación de fuerza de trabajo. 

En muchas sociedades, antes de los procesos de colonización, los hombres y las mujeres tenían tareas diferentes, y existía una división de las tareas. De este modo, las mujeres no dependían de los hombres, tenían acceso a sus propias cosechas y las utilizaban para auto subsistir si era necesario. Así que el hecho de hacer tareas diferentes no implica automáticamente grados de poder diferentes: la cuestión es qué valores están asociados a estas diferencias. Tal como yo lo veo, las diferencias no son el problema, el problema es la jerarquía. La jerarquía hace que las diferencias se vuelvan una fuente de discriminación, de devaluación y de subordinación.

Para nosotras, la idea de que el trabajo doméstico institucionaliza a la mujer en casa no era válida: es la falta de dinero, de autonomía, la que la mantiene encerrada en casa. Bajo el capitalismo, muchas de las diferencias que promueven las discriminaciones han sido organizadas a través del salario. El salario ha sido el instrumento con el cual se han construido las jerarquías. 

Quise estudiar la historia para tratar de comprenderlo, empezando por el siglo XIX y después más atrás, donde me encontré con la caza de brujas. La caza de brujas también constituye un intento feroz de destruir el poder que habían ejercido las mujeres sobre su capacidad reproductiva, que resulta demonizado.  

Sí, creo que sigue teniendo lugar una caza de brujas. En EE UU, durante los últimos 20 años, las políticas implementadas por los Estados constituyen un ataque económico muy directo sobre las mujeres. 
Todos estos recortes en sanidad y ámbitos reproductivos, como el cuidado de los niños y ancianos, tienen un fuerte impacto sobre las mujeres.Esta situación demanda mucho más trabajo no pagado que ahora las mujeres tienen que hacer. Al mismo tiempo, ha crecido toda una campaña ideológica que pretende controlar la vida de las mujeres, su sexualidad, su cuerpo, un esfuerzo mayor por controlar la capacidad reproductiva de las mujeres. En varios Estados se criminaliza a las mujeres si pueden “probar” que estando embarazadas han puesto en riesgo la vida del feto que están gestando. Y desde luego la cuestión del aborto es muy importante.

Tengo una amiga que volvió de Ghana hace poco y me explicó que, por la noche, en la televisión, hacen unos programas donde te enseñan cómo reconocer a una bruja. Hay un documental muy interesante que salió el año pasado, llamado The Witches of Gambaga, que habla sobre los campos de brujas que hay al norte de Ghana, donde viven mujeres que han tenido que dejar sus pueblos e ir a vivir allí, acusadas de ser brujas, porque sino las hubieran matado. Estos campos están financiados por el gobierno, y cuando han pasado unos años, en algunos casos, las dejan volver a sus pueblos, pero a otras muchas las matan. Pero no sólo es Ghana, es también Tanzania, Kenya; también en la India se mata a muchas mujeres acusadas de brujería."



Fuentes:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/01/actualidad/1351771030_899314.html
http://www.flacsoandes.org/generoycultura/wp-content/uploads/2011/04/sesion1.pdf
http://www.flacsoandes.org/generoycultura/wp-content/uploads/2011/04/sesion8.pdf
Escobar, Lorena (2008), “Visión Económica de la Lengua Cañari”, Mimeo. Ensayo final
curso Género y economía, FLACSO‐Ecuador, 2008.
http://www.diagonalperiodico.net/Creo-que-sigue-teniendo-lugar-una.html

Thursday, November 15, 2012

Palabras indescriptibles e intraducibles de todo el mundo.

"Los humanos tenemos un segundo sistema hereditario, que es nuestro lenguaje."
Mark Page, biólogo evolutivo.


La mitad de los aproximadamente 6.000 idiomas que se hablan en el mundo están en peligro de extinción. Los lingüistas Anderson y Harrisondel Instituto de Lenguas Vivas informaron que:  
 
“cerca del 80 por ciento de la población mundial habla sólo ochenta y tres lenguas ,mientras que tres mil lenguas son habladas por solo el 0.2% de la población.Y añadieron: “La pérdida de una lengua es un erosión de la base del conocimiento humano .” 
Cada dos semanas muere una lengua, pero lo que en realidad muere no es una lengua sino todo un mundo, porque lo importante no es lo que se pueda hacer con una lengua en el mundo, sino todo un mundo que contiene una lengua. Y más importante que las lenguas son las bocas de la gente que las hablan y las que callan y callan sus culturas.

En lengua guaraní ñe’êsignifica “palabra” y también significa “alma”.
 
En araki, una lengua hablada por ocho personas en la isla de Vanuatu, sorosoro signífica “aliento, palabra, lengua” 
El dios supremo de los indígenas onas de la Tierra del Fuego se llamaba Pemaulk. Pemaulk significa Palabra.


Se dice que sólo somos verdaderamente conscientes de la lengua en el momento en que se vuelve opaca, como en la poesía.




Viitsima, estonio: Denota un estado de fatiga leve, en donde no hay ganas de nada, todo es una molestia. Cuando uno siente la “Viitsima” uno quiere solamente quedarse quieto y no hacer nada.

Ya’aburnee, árabe: Esta palabra es muy triste y bella a la vez. Significa algo así como “me entierras” y se dice como demostración de amor. Expresa el deseo de morir antes que la persona amada porque la vida sin ella sería muy dura.

Bakku-shan, japonés: Se utiliza cuando una mujer se ve bien por detrás pero no así por delante.

Jayus, indonesio: Un chiste que es tan malo que hace reír por el hecho de no ser gracioso.

Wabi-Sabi, japonés: Denota un estilo de vida en donde uno encuentra la belleza en las imperfecciones, aceptando de manera pacífica el ciclo natural de la vida y la muerte.

Sgiomlaireachd, escoces gaélico: Significa el acto de interrumpir a alguien mientras come de manera agresiva y ruda

Litost, checo: Denota un sentimiento humano profundo causado por la agonía que se siente al ver de manera repentina las miserias propias. Milan Kundera, autor de La insportable levedad del ser: “He buscado vanamente en otras lenguas el equivalente de esta palabra, porque me parece difícil imaginar como alguien puede comprender el alma humana sin ella”.


Tartle, escoces: Esta palabra es muy útil, seguramente tu hayas también “Tartleado” alguna vez. Este verbo significa dudar cuando a la hora de presentar a una persona, olvidamos su nombre.

Honne y tatemae, japonés: Honne refiere los verdaderos sentimientos y deseos de una persona. Tatemae literalmente "fachada," es la conducta y las opiniones que uno demuestra en público, lo que es esperado y necesario, de acuerdo a las circunstancias o la posición de la persona.

Gâchis, francés: Oportunidad perdida, principalmente por causa de la incompetencia.

Nunchi (o noonchi), coreano:  se refiere al arte sutil y capacidad de escuchar y medir los estados de ánimo de los demás. En la cultura occidental, nunchi podría ser descrito como el concepto de inteligencia emocional . En Corea, a esto se le llama kibun.



Torschlusspanik, alemán: El miedo a perder oportunidades a medida que uno envejece. Literalmente significa el pánico que se siente de que se cierre un portal.

Dépaysement, francés: El sentimiento de no encontrarse en la casa de uno o en el país natal.

Plimpplampplettere, dutch: Tirar piedras para hacerlas saltar en el agua. Aquí sería como "hacer la rana". 


Kyoikumama, japonés: Hay muchas “Kyoikumamas” en este mundo, pero solo los japoneses le han puesto un nombre. Esta palabra describe a las madres que presionan mucho a sus hijos para que logren éxitos a nivel académicos.

Schadenfreude, alemán: El placer que se siente al ver las desgracias ajenas. Este sentimiento aparece muchas veces cuando alguien tropieza en la calle o al ver accidentes leves que nos hacen reír.


Ohrwurm, alemán: Literalmente: gusano de oreja. Figuradamente: Esa canción que se te mete en la cabeza y no hay sale ni con agua caliente.

Déu n'hi do, catalán: Puede traducirse como "caramba", "bastante", expresa aprobación ante un comentario o un hecho y cuyo significado conjunto no tiene nada que ver con el sentido individual de las palabras que lo forman. De hecho su estructura casi carece de sentido.

Kaelling, danés: Mujer fea y desagradable que grita obscenidades a sus hijos.


Toska, ruso – Vladmir Nabokov lo describe mejor que nadie: “Ninguna palabra del inglés traduce todas las facetas de toska. En su sentido más profundo y doloroso, es una sensación de gran angustia espiritual, a menudo sin una causa específica. En el aspecto menos mórbido es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. En algunos casos podría ser el deseo por algo o por alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor. En su nivel más bajo, se reduce al hastío, al aburrimiento.”

L'esprit de l'escalier, francés: ('el ingenio de la escalera') es una expresión que describe el acto de pensar en una respuesta ingeniosa cuando es demasiado tarde para darla. Este fenómeno viene usualmente acompañado de una sensación de pesar y arrepentimiento, una "consciencia intranquila".

Mamihlapinatapai, yagan (lengua indígena de Tierra del Fuego, Argentina) – “Es la mirada cargada de signficado que comparten dos personas que desean iniciar algo, pero que son reacias a dar el primer paso para comenzar.” Listada en el Libro Guinness de los Récords como la "palabra más concisa del mundo"

Iktsuarpok, inuit – “Salir para ver si alguien está viniendo.” 

Cafuné, portugués (Brasil) – “El acto de peinar a alguien suavemente con los dedos.” Aunque se puede traducir por tirar de los pelos a alguien o despiojarle.

Tingo, pascuense (Isla de Pascua) – Es “el acto de llevarse de la casa de un amigo los objetos que uno desea, pidiéndoselos prestados paulatinamente.”

Hygge, Danés: Su traducción literal sería algo así como “sentirse cómodo en un lugar acogedor”, pero estas palabras no pueden ni por asomo capturar la esencia de hyggelig; es algo que hay que experimentar para entender el concepto. Cuando pienso en hyggelig, pienso en buenos amigos, una cerveza helada y el fuego crujiente.

L’appel du vide, francés: La necesidad urgente de saltar desde lugares altos.

Hikikomori, japonés: Joven que se encierra en su habitación desinteresado por el mundo exterior y no vuelve a salir, observando el mundo desde su pantalla.

Neidbau, alemán: Edificio construido con el único propósito de molestar de algún modo al vecino.

Tingo, pascuense: Pedir prestado a alguien que está sin blanca.

Gaman, japonés. Cada primavera, las familias japonesas ondean banderas con forma de carpa, un pez que nada contra la corriente y que simboliza para ellos el espíritu de gaman: la determinación para afrontar los obstáculos en la vida, de persistir en el intento con paciencia y dignidad, aún frente a aquellos desafíos que parecen insuperables.
Age-otori, japonés: Para decir que alguien perjudicó su aspecto cortándose el cabello.

Weltschmerz, alemán: Término acuñado por el autor alemán Jean Paul usado para expresar la sensación que una persona experimenta al entender que el mundo físico real nunca podrá equipararse al mundo deseado como uno lo imagina.

Weltangschaung, alemán: Un modo de ser y de estar en el mundo, una actitud que sigue una cosmovisión propia. Palabra que de intraducible pasó a ser incorporada tanto en inglés como en español y suele ser usada por los antropólogos culturales.


Arigata-meiwaku, japonés: Palabra para nombrar una situación en que una persona hizo por ti algo que no querías que hiciera, que intentaste evitar pero que, al hacerlo, terminaste debiéndole un favor y además, por convención social, incluso debiste agradecerle por lo que hizo.

Backpfeifengesicht, alemán: Palabra para decir que un rostro necesita urgentemente un puñetazo.

Desenrasçanço, portugués: Te liberaste de una situación problemática (el “zafarse” del español coloquial).

Forelsket, noruego: Expresa la euforia sentida en el primer enamoramiento.

Gigil, filipino: Expresa el impulso de pellizcar algo que es insoportablemente tierno.


Pilkunnussija, finés: Una persona que cree que su destino es corregir todas las faltas de ortografía y puntuación aun a costa de su popularidad, autoestima y bienestar mental.

Guaxi, chino: en la China tradicional, un “guanxi” es aquella persona que da regalos a la gente, los lleva a cenar o les hace favores, pero también es una cualidad que puede cultivarse al pedir la devolución de un favor.

L’esprit de l’escalier, francés: Se refiere al ingenio de una persona para responder con agudeza y mordacidad… cuando ya es demasiado tarde.

Manja, malayo: El comportamiento aniñado que a veces tienen algunas mujeres con sus parejas, esos mimos edulcorados que algunos encuentran nauseabundos.

Meraki, griego: Hacer algo con amor y creatividad, poniendo el alma en ello.

Nunchi, coreano: Que designa la capacidad de saber leer el estado emocional de otras personas.

Sgriob, gaélico: La comezón que da en el labio superior justo después de beber un sorbo de whisky.

Taarradhin, árabe: Semejante al tutti contenti italiano, cuando un problema se soluciona de tal modo que deja satisfechos a todos los implicados.

Tatemae y Honne, japonesas: Expresan, respectivamente, lo que finges creer y lo que realmente crees.

Waldeinsamkeit, alemán: El sentimiento de estar solo en el bosque.

Yoko meshi, japonés: Literalmente significa “comida que se come por los dos lados” pero, en sentido figurado, se refiere a la inquietud sentida cuando se habla en un idioma extranjero.


Uitwaaien, holandés: Literalmente, esta palabra significa caminar en el viento, pero en el más figurativo (y común) sentido, significa tomar un breve descanso en el campo para despejar la cabeza. Puede ser que necesites tomar una uitwaaien antes de continuar con esta laaarga lista.

Zalatwic, polaco: Puede significar realizar un trabajo efectivo, pero el término polaco significa mucho más y es mucho más sutil. Zalatwic son los sobornos, el encanto personal o las conexiones para lograr algo. Esto es particularmente útil en sus días de comunismo, ya que era más fácil conseguir algo que se quería a través de la astucia en lugar de por los medios oficiales.

Biritululo, Nueva Guinea:  En Nueva Guinea, para resolver los conflictos, las personas confían en biritululo. Biritululo es el acto de comparar los ñames (y espero que se entiende en el sentido literal) para resolver una disputa. Lo más cerca que llegamos es demasiado grosero para publicarlo en este blog.

Según un estudio realizado a un millar de lingüistas en todo el mundo por la empresa Today Translations en 2004, las 10 palabras más difíciles de traducir son las siguientes:
  1. ILUNGA (Idioma: tshiluba o luba-kasai, hablado en el sudeste de la República Democrática de Congo). La altura moral de “La persona capaz de perdonar un abuso u ofensa por primera vez, de tolerarlo una segunda vez, pero nunca una tercera”.
  2. Shlimazl (yiddish). “El que tiene una mala suerte crónica”.
  3. Radioukacz (polaco). Palabra que se utiliza para referirse a la “Persona que trabajó en funciones de telegrafista para los movimientos de resistencia en el lado soviético de la cortina de hierro”.
  4. Naa (japonés). Se utiliza sólo en la zona de Kansai para “enfatizar las afirmaciones o expresar que se está de acuerdo con alguien”.
  5. Altahmam (árabe). Designa un tipo de tristeza profunda.
  6. Gezellig (holandés). El significado de este peculiar adjetivo se sitúa en un lugar tirando a impreciso entre diversos términos, como acogedor, íntimo y agradable.
  7. Saudade (portugués). Se refiere a un cierto tipo de nostalgia.Una palabra similar es la “Morriña” gallega, que también se asocia a la falta de la tierra natal. Aunque el sonido y la textura de saudade expresan esos sentimientos mejor que ninguna otra palabra.
  8. Selathirupavar (tamil). Cierto tipo de absentismo escolar.
  9. Pochemuchka (ruso). Es la persona que formula muchas preguntas.
  10. Klloshar (albanés). Perdedor.
"Probablemente echas un vistazo al diccionario y encuentran el significado", señala Jurga Zilinskiene, responsable de Today Translations, "pero lo más importantes es las experiencias culturales y el énfasis cultural de las palabras".  

Yo personalmente añado una de mi idioma:

Jakinmina, euskera: Palabra del idioma perteneciente al País Vasco que significa literalmente "dolor por saber" y que se podría traducir como "ansía de saber" o curiosidad. 

Y de este sentimiento bebo para escribir este blog. ;)


Qué dificil es hablar el español, porque todo lo que dices tiene otra definición! Si lo aprendes, no te muevas de región! Un poco de humor:


Fuentes:
 http://identidadgeek.com/ilunga-o-una-de-las-10-palabras-mas-dificiles-de-traducir/2008/08/
 http://listverse.com/2010/09/23/10-words-that-cant-be-translated-to-english
 http://blog.palabea.com/index.php/palabea-blog-palabras-intraducibles/?lang=es
http://matadornetwork.com/es/20-palabras-genial-que-no-tienen-traduccion/
http://www.elmundo.es/elmundo/2004/06/23/ciencia/1087977737.html
http://www.cracked.com/article_19695_9-foreign-words-english-language-desperately-needs.html
http://www.cracked.com/article_17251_the-10-coolest-foreign-words-english-language-needs.html
http://www.cookingideas.es/gusano-de-oreja-20101014.html

Monday, November 12, 2012

La antropología del dolor, o por qué gotea con sangre la cultura humana.

¿Por qué gotea con sangre la cultura humana?. 

Nigel Barley, antropólogo.


"El dolor es siempre una apertura al mundo". 
David Le Breton, antropólogo.


«Llegaron en la noche y me agarraron, me llevaron fuera y me arrancaron la camisa. Eso me molestó (no sabe lo difícil que es conseguir una camisa decente en ese pueblo) pero estaban todos enmascarados, así que no sabía quién había sido. Entonces uno de ellos me golpeó en la espalda con esas cañas afiladas que cortan y me empujó a los juncos (sabes, aquellos cuya picadura dura varios días). Luego me arrastraron hasta un lago un poco turbio donde viven los cocodrilos y me tiraron al agua, gritando que los cocodrilos se acercaban. Me mantuvieron la cabeza bajo el agua hasta que casi me ahogo y algo fuerte me agarró la pierna hasta que me puse histérico y huyeron, riendo. Me arrastré a casa y me desplomé. Todos los cortes se me infectaron y no me podía mover por tres días. El dolor era terrible y me dio una fiebre que casi me mata. Fue una experiencia espiritual maravillosa.»

Son las palabras de un antropólogo que describe su iniciación en una sociedad en el este de África. La antropología está llena de dolor. Es un dolor extraño, se toma como medida de valor de su trabajo de campo. Los antropólogos han sido golpeados y escarificados, circuncidados y muertos de hambre, escupidos y frotados con excrementos, todo por conseguir estar dentro de la piel de la gente local, por la comprensión de la forma en que pensamos y sentimos. El dolor es la última prueba de la seriedad de este propósito, de la simpatía y la empatía, el centro absoluto de la observación participante que es prácticamente la única capital intelectual del sujeto. Se supone que las personas que van a África o Asia para estudiar las culturas exóticas deben sentir dolor como la última señal de «estar ahí». Cualquier antropólogo que se precie que trabaje en el cristianismo insisten en ser clavado en una cruz.

Sin embargo, como muestran las palabras de mi compañero, no parece haber mucho de este sufrimiento en él. "Fue una experiencia maravillosa". En tanto que para los demás mortales habría sido un infierno, él lo disfrutó. Vivir en medio de un pueblo, sufrir dolor y dificultades y no amarlos a ellos y a su forma de vida es ser simplemente un turista ingrato que no logró captar el punto de vista local. Es el equivalente de una persona que fue a París y no se molestó en subir a la Torre Eiffel. Una vez trabajé en un pueblo donde el rito central de la vida de un hombre era tener su pene bien abierto por toda su longitud. Es, literalmente, crear hombres a partir de los niños. Sin someterse a ella, eres un niño llorón, húmedo y maloliente, tan despreciable como una simple mujer. Después de la transformación, eres un hombre de verdad, y se te permite dejar la arrogancia y los juramentos en el cuchillo de la circuncisión. Me pasé toda la noche con la preocupación de que cupiese la posibilidad de convertirme en un «verdadero» hombre o, realmente, un «verdadero» antropólogo de pelo en pecho. Entonces, pagué una multa de seis botellas de cerveza a los hombres para ser clasificado como «circunciso honorario». Sigo pensando que es la mejor oferta que he hecho nunca.

Luego está el dolor de los «nativos». Eso está, también, está en todas partes. El dolor es un recurso que se despliega profusamente en la cultura humana. En el tercer mundo, pensamos inmediatamente en un monopolio gubernamental del dolor: los torturadores en sus cuartos oscuros que viven codo con codo con las dictaduras militares y regímenes absolutistas desplegando sus porras, aceite de ricino y electrodos en el servicio leal del Estado. Un día, nos gusta creer, el progreso acabará con ello y todos disfrutarán de los derechos humanos universales.

Sin embargo, el dolor no es una aberración en éstos lugares. En las aldeas y poblados ganaderos y campamentos nómadas, el dolor es orgullosa y abiertamente desplegados en sus formas tradicionales. Los niños tienen sus penes cortados para que se abran como las flores cuando tienen una erección y piercings a través de sus narices y lenguas. Los hombres reducen radicalmente sus genitales con vidrio. Las niñas tienen sus clítoris cortados, sus labios perforados y sus pies cojeando. Las espaldas, los rostros y los estómagos escarificados y tatuados. La gente está mutilada y desfigurada y mermada.

La cultura humana gotea con sangre y dolor infligido y lo sorprendente es que la mayor parte es voluntaria. El dolor es un recurso cultural importante incluso en Occidente, que se crían en una economía del dolor. Cuando era niño, yo estaba seguro de que cristo sufrió por mí. Tenía que ser redimido por ese sufrimiento y, cuando sufría yo, debía aceptarlo y ofrecerle mi dolor a él. La explicación y la colonización del dolor es una preocupación principal de todas las religiones. Un día me compré una conmovedora camiseta. «La mierda existe», declara. «Los católicos dicen que la mierda existe por el pecado original. Los judíos dicen que la mierda existe porque yo no amo a mi madre. Los protestantes dicen que la mierda existe porque yo no trabajo más duro. Los hindúes dicen que aquí está la misma vieja mierda de siempre que viene otra vez. Los budistas dicen: ¿Qué mierda?»

El cuerpo no es sólo algo en lo que vivimos, se puede utilizar para mostrar simbólicamente nuestro lugar social en el mundo. En Occidente, a medida que crecemos, tenemos que obtener la propiedad lenta de nuestros propios cuerpos hasta que nos reconocen como adulto. La adolescencia es una serie de batallas por la posesión del pelo, la cara, los genitales y los adultos jóvenes a veces se tintean, se perforar y se pintan como parte del nuevo territorio que han ganado. Lo primero que haces con territorios recién adquiridos es hacer alarde de ellos públicamente. Cuando cambiamos nuestra posición social, nos envían a la cárcel o somos ingresados en el hospital, perdemos el control de nuestras partes del cuerpo de nuevo. Cuerpo y estatus simbólico están tan estrechamente unidos que, cuando nos hacemos viejos y nuestros cuerpos se deshacen, nuestro lugar social se desmorona también.

En otros lugares, tales transiciones son menos graduales. Pueden implicar dramáticos rituales públicos y a menudo está muy presente el dolor. El dolor nos despoja de las pretensiones, nos humilla, reduce el mundo a nuestro propio cuerpo y lo concentra en el aquí y ahora, en este mismo segundo que estamos viviendo en agonía. Se ha dicho que sólo somos verdaderamente conscientes de la lengua en el momento en que se vuelve opaca, como en la poesía. El dolor hace lo mismo con la experiencia humana. Es lo contrario de esa disolución del yo que proviene del orgasmo o el nirvana místico, que graba la realidad brutal de la materia en cada fibra de nuestro ser. Por esta razón, a menudo es una parte central de ritos de paso, donde las personas pasan de un estado a otro.

Nada más que la imposición del dolor demuestra dramáticamente la diferencia entre miembros y no miembros, y se acepta con humildad y en el conocimiento de que, un día, la víctima se convertirá en el verdugo de los neófitos en su turno. Nada más tiene claramente el mensaje de que lo que se está adquiriendo en el ritual es de un valor enorme y no hay abismo más grande que la que existe entre el torturador y su víctima. Y el hecho de que el cambio puede ser tallado en la carne viva del iniciado hace permanente y verdaderamente parte de su ser.

Por otra parte, el dolor es una moneda versátil. «Deja de llorar o te daré algo que realmente te hará llorar» nos amenazan nuestros padres cuando somos niños. El dolor físico aparece como angustia mental en algunos funerales, y expresa el sufrimiento de la pérdida social de una vida. Pero aquí es auto-infligida, a diferencia de las iniciaciones. En Occidente podemos caer en la depresión, y nos auto infligimos esa herida en la cabeza, o ese puñetazo en la cara, incluso hay quien se mutila.

Drama que desmiente la evanescencia del dolor físico. Al igual que el olfato, en todos los idiomas, el dolor ,poderoso y evocador, todavía desafía al vocabulario. Los médicos luchan para comprender e interpretar las descripciones de sus pacientes a tientas. Se trata de un lenguaje privado imposible de comunicar. El dolor sólo se puede comparar con otra cosa. Por lo que es un dolor «punzante», «agudo», o «que desgarra» y tal vez esta es la razón por las que culturas de todo el mundo están más que dispuestos a atribuir este dolor a la hostilidad de los demás, a la malevolencia externa de la brujería, la hechicería, el ataque divino, en lugar de la traición de nuestra propia carne y sangre. Y, como se muestra en las palabras de mi colega que sufre la iniciación, es indescriptible.

El dolor es mercurio. Cuando se tiene, es la única realidad. Cuando se ha ido, su intensidad es increíble incluso para nosotros mismos. Pregunte a cualquier mujer que ha sufrido un parto o a una víctima de los campos de concentración. El dolor debe ser constantemente recordado, conmemorado, marcado, o simplemente se disuelve, se desliza por las grietas de la percepción y se convierte en inverosímil incluso para el que lo ha sufrido. Tal vez por esto los reformistas del dolor, los que hacen campaña contra la brutalidad de los rituales tradicionales, tienen tan poco éxito. La iniciación y la mujer es su principal tema, ya que ven toda la cultura como una conspiración masculina para que las niñas tengan una demanda mayor al victimismo que los niños, que sólo crecerán para convertirse en opresores.

 
Hace varios años, fui atacado en la calle por la noche, muy de repente, en lo que yo siempre había considerado una parte segura de la ciudad. Un muchacho de unos dieciséis años se acercó detrás de mí y me golpeó con un bate de béisbol en la cabeza. Alcanzé a ver algo por el rabillo de mi ojo, me di vuelta y vi que corría riendo. El policía que me entrevistó me escuchaba aburrido. «Sabemos quién fué», dijo, bostezando. «Pero nunca vamos a probarlo. Todos ellos se unen y no hay testigos que digan algo. Fue una pandilla de niños. Son un grupo de adolescentes y ésta es su iniciación. Puede parecerle extraño, pero tienen que salir y golpear a alguien para unirse. No hicieron un muy buen trabajo con usted y el niño probablemente tendrá que hacerlo de nuevo »-.« Es bueno que alguien se mantenga al día con las normas » Lo dijo realmente en serio y se veía desaprobación.. «Si te sirve de consuelo, fueron escogidos completamente al azar. Podría haber sido cualquiera. No había ninguna razón ».

Pero yo sabía que no era así de simple. Hace años, en mi trabajo de campo, pagué la cerveza en lugar de ceder al terrible dolor de la circuncisión. Ahora, ésto me pasa factura. Era una explicación digna de ser puesta en la camiseta de los demás, otra versión de la insistencia humana de asegurarnos de que vivimos en un universo justo. Ahora, ya no puedo recordar el terror y el dolor cuando me encontraba tirado en el pavimento, ciego por la sangre que fluía por los ojos, ni a los transeúntes que se acercaban cuidadosamente a mi alrededor. En unos pocos años más, al igual que mi compañero iniciado, probablemente describiré todo como una "experiencia espiritual maravillosa".