Saturday, April 6, 2013

La tradición oral (II): improvisando la vida en verso por todo el mundo.

"Solemos pensar que todo empezó con la escritura, pero la escritura nació cuando había transcurrido el 94% de nuestra existencia como especie, usando la comunicación oral como tecnología de comunicación. Era el único medio de preservar la historia, de hablar de costumbres, de interactuar con otros y de construir la cultura. La tradición oral hizo la cultura durante más de 9/10 partes de la vida del homo sapiens."



John Miles Foley, experto en tradición oral, también explica su trabajo:

"Una de las formas que más me interesa de la oralidad es la forma en que sirve para reforzar la identidad de un grupo. Jamás separa, siempre une a la gente."

"Entrevistamos a gente en la antigua yugoslavia, capaces de acordarse de miembros de su familia de hace quince generaciones, porque formaban parte de los versos. Eran parte de una tradición, que pasaba de generación en generación."

"Algo parecido pasa con los slammers en Estados Unidos que actúan en clubes. También en Cerdeña, donde existen la "mutetu longu" Hay algo parecido en muchos países de habla hispana. El jazz también es improvisación. Pero no se hace cualquier cosa, todos deben seguir el mismo tono, tocar el mismo instrumento y seguir la misma melodía." 

El jazz es quizás el mejor ejemplo contemporáneo conocido, lo que refleja las tradiciones africanas de la improvisación. En la cultura mandinga de África Occidental (una sociedad extendido por todo Mali, Senegal y los países costeros, como Sierra Leona y Liberia), los griots (o jalis) son contratados por los clientes. El canto se divide en dos secciones: una pre-estribillo coral compuesto y una improvisación alabando el apellido de la familia y recitando los antepasados. Los cantantes se acompañan con el kora, un instrumento de cuerda de gran tamaño.

"Se dice que los versos homéricos era para transmitir conocimientos de generación en generación. Una forma de preservar la memoria." añade el antropólogo vasco Joseba Zulaika.

Y es que, en el País Vasco, los bertsolaris son un elemento muy importante de estas tierras. Se dedican a componer, cantar y/o improvisar versos en euskera, llamados 'bertsoak'. Improvisan al momento sus versos siguiendo unas reglas de rima y métrica concretas y suelen ser desafíos entre dos personas que realizan controversias dialécticas. Esta tradición oral ha sabido evolucionar y adaptarse a los tiempos conectando con las generaciones mas jóvenes, llegando a reunir en la final del último campeonato a 14 mil personas. Un arte de estética austera que sorprende en estos tiempos, ya que improvisan sin acompañamiento musical.

"Recuerdo que uno me dijo "¿Sabéis porque cantáis, sin música, sin moveros? porque no la necesitáis."cuenta el bertsolari y sociólogo Jon Sarasua.

"Tan solo con palabras y silencios consigue llenar estadios, emocionar, hacer reír y llorar"comenta el director vasco del documental "Bertsolari", Asier Altuna.

"Lo que no se dice es tan importante como lo que se dice. Me refiero a las ausencias, a los vacíos, y las interrupciones. El bertsolari encadena una imagen con la otra sin nexo, gramatical o retórico. Con lo que se descarta crea el infinito, y es lo que realmente aporta fuerza al verso." añade Joseba Zulaika.

El euskera, el idioma del País Vasco, es una lengua aislada (sin relación con ninguna familia de lenguas en el mundo) y se considera la única preindoeuropea superviviente en Europa occidental, y por tanto, la de raíces más antiguas en esta región.

"En la actualidad, en un mundo globalizado, me parece que el euskera lo tiene difícil para sobrevivir. El desafío al que se enfrenta el euskera es el desafío de otras lenguas minoritarias, de los pueblos indígenas y el desafío que ofrece un paradigma más ecológico." Jon Sarasua.

"Debemos ser conscientes de que la mayoría de los improvisadores del mundo hacen como nosotros. A la hora de improvisar, lo primero en lo que se piensa es en el final del bertso. Y piensas, tantas culturas orales en un mundo tan grande, que son partes de culturas milenarias, y ¿siempre ha funcionado así? Entonces no andábamos tan desencaminados, no éramos tan raros" opina el bertsolari Andoni Egaña.

"Estos versos no existían antes de ser echados. Y crearlos es muy difícil, porque hay que controlar la melodía, la rima, diversas estructuras poéticas, responder al tema, al compañero que acaba de cantar... y hacer todo esto a la vez."añade Miles Foley

"El poeta improvisador, hace que el espectador asista a la génesis de la creación, es el único arte en que esto ocurre." advierte Alexis Diaz-Pimienta, repentista de Cuba.

En la isla de Puerto Rico la poesía oral improvisada es muy parecida a la cubana, el repentismo, y se improvisan principalmente acompañadas de laúd y guitarra. Al igual que los cubanos, canarios (que se les llama versadores) y otros, usan la controversia o porfía, el pie forzado, la glosa y otras variantes en sus performances.

En Chile a la performance repentista se le denomina paya, tiene también muchos puntos de contacto con las payadas argentinas y uruguayas. El canto improvisado chileno suelen ser lento y con tono melancólico, amilongado, y la payada argentina es muy significativa para el gauchismo.

La poesía oral improvisada mexicana se da en gran parte del territorio nacional, abarca una gran variedad de formas, y son los huapangueros. En origen, los corridos son improvisados y los corridistas los cantaban en los pueblos de la frontera México-USA para informar a la gente de lo que pasaba en el resto del país.

Existen varias modalidades en la poesía oral improvisada ecuatoriana. Una es el tema, que consiste en juegos de ingenio, adivinanzas o paradojas que se imponen unos a otros, con marcada ironía; y el contrapunto, desafío en el que un cantor dice los primeros versos de una copla y luego su contrincante tiene que suplir el cuarto y último verso.

En Perú se cultiva la décima, sobre todo en la costa pacífica. A la improvisación se le denomina socabón.

En Panamá, Colombia y Venezuela son los trovadores, donde la variedad de estrofas, nombres y músicas para la improvisación es tanta como la misma geografía de estos países.

En Murcia se les llama troveros a quienes improvisan versos y pueden dictarlos a un cantaor que será el encargado de transmitir el mensaje al público. Troveros son también los de la comarca de La Alpujarra (Granada y Almería). El cante de los troveros alpujarreños tiene un alto grado de intensidad en su expresión, con gritos rajaos y estremecimientos corporales, como el flamenco. Su vertiente improvisada la llaman tanda o velada. 
En Galicia son los enchoyadas en las que se cantan coplas; o son las regueifas, cuando la improvisación es llamativa por su rapidez y su espontaneidad, carente de interludios musicales y pausas.

En las Illes Balears, las controversias improvisadas son los "combats de glosadors".

Los cantores ao desafío de Portugal cantan acompañados por acordeón (denominada concertina) o por el rajao y la braguinha, instrumento de cuatro cuerdas parecidos a la guitarra.

En Italia, al arte de los improvisadores se le llama Canto a Braccio, y desde 1998, a partir de que se creó la LIPE (Liga Italiana de Poesía Extemporánea), una asociación de poetas y poetisas improvisadores, se celebran encuentros de improvisadores de too el mundo. En la Isla de Malta se llama espíritu pronto. En Cerdeña, el mutetu es una forma de improvisación poética típica del sur, en dialecto campidanese (mientras que en el norte hay Mutu y battorina en logudorese) La larga mutetu se basa en una métrica bastante compleja.

"Las reglas para la composición son prohibitivamente complejas, la prescripción no trata solo sobre la forma del verso y la melodía vocal, sino también sobre como debe ser el orden de las palabras mientras se mantiene la rima. Y todo esto simultáneamente mientras se responde de manera correcta al contrincante!" John Miles Foley.

Los guslaris croatas, llamados así porque se acompañan con una especie de guitarra rústica llamada gusla, componen e interpretar largos poemas narrativos.

La improvisación naxi en la región de Sichuan, China, sobrevive gracias a un grupo de campesinos mayores de 60 años provenientes de Lijianh. El Weimoda es sin duda el más popular. Se trata de una performance en solitario en la que el público repite el epifonema de cada copla. El Alili, en cambio, los improvisadores cantan mientras danzan unidos en semicírculo, no siempre a capella. El Shibu se presenta en extinción. Consistía en una controversia entre un hombre y una mujer generalmente jóvenes que se confesaban mutuo amor mediante un canto incesable.

Los improvisadores más famosos del Sahara provienen de Smara, un pequeño pueblo del desierto. Su lengua es el hasani, dialecto del árabe literario y la base de la comunicación de la literatura y cultura saharianas, cultura de tradición oral donde las haya. Sus noches son largos espacios de tiempo en los que cantan a la belleza del desierto y a la vida mientras toman el té. Los m´ghani o improvisadores no suelen cantar o recitar lo que improvisan; es el Fanan o cantante el encargado que, tras haberle susurrado a la oreja aquello que tiene que cantar, expresa mediante su voz la idea del improvisador.

"Existen algunas sociedades donde, si dos personas están enemistadas y acuden a un “tribunal”, se espera de ellos que canten, no pueden pelearse. Bueno, pueden exponer el motivo del enfrentamiento pero tienen que cantar el motivo de la pelea. Porque la gente no puede mentir con la misma facilidad cuando canta y se enfrentan unos a otros de una manera mucho más cooperativa, de un modo que tiene mucho más sentido que cuando simplemente nos gritamos” afirma Stefan Koelsch, músico, psicólogo y neurólogo.

El etnólogo Daniel Brinton, en el libro La Raza Americana, contaba en 1891 de algunos grupos indígenas americanos: ”Estos cantos también sirven como medios pacíficos para apaciguar contiendas familiares. Cuando dos personas se pelean, es costumbre elegir una noche y dirigirse mutuamente cantos nocturnos, el auditorio decide cual es el mejor poeta. El veredicto pone punto final al rencor”
 
Los inuit (mal llamados esquimales), tienen también sus versos improvisados.
Francesc Bailón, antropólogo y autor del libro "Los poetas del ártico", cuenta: "Una costumbre inuit consiste en resolver los problemas de la propia comunidad mediante la improvisación de canciones o poemas satíricos. Los dos implicados en el conflicto se ponían uno delante de otro y ganaba el que hacía la mejor improvisación o perdía el que no soportaba la burla del contrincante. Eso demostraba que para los inuit era más importante restablecer la armonía que administrar justicia. Un pueblo que no recurre a la violencia física para resolver sus conflictos me resultaba algo interesantísimo y debía ser muy rico culturalmente. Fue cuando decidí dedicarme a ello.


También encontré una frase inuit que me animó mucho a seguir este camino:


“La lengua es el único instrumento que se afila con su uso”. 

Para saber más de la tradición oral: 

Link: La tradición oral: los palabreros.


Fuentes:
Bertsolari. Documental de Asier Altuna. 



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