Cazadores:
La reserva de caza del Kalahari central está situada en la frontera de Bostwana y Namibia, y es el hogar de los últimos indígenas de Sudáfrica, los Bosquimanos.
Muchos de estos grupos fueron obligados a abandonar sus tierras ancestrales en el Parque Nacional Kalahari Gemsbok, para dar paso a la extracción de diamantes, dejando en peligro un estilo de vida tradicional nómada de cazadores y recolectores. A pesar que en el 2006 los Bosquimanos ganaron una histórica sentencia en contra del gobierno de Bostwana que les permitía regresar a sus tierras, han preferido quedarse en los asentamientos que rodean al parque. Sin acceso directo al agua y sin el atractivo que representaba sus tierras ancestrales, los bosquimanos han tenido que adaptarse para convertirse en cazadores de persistencia en una de las reservas más grandes de Sudáfrica.
Dependiendo de las condiciones especificas, el cazador perseguirá al elegido antílope durante 10 horas o más en un recorrido aproximado de unos 25 kilómetros. En su trayecto le acompaña un sol de justicia y unas temperaturas superiores a los 40 grados.
Pescadores:
Las cataratas de Khone son unas enormes cascadas por donde transita el río Mekong en Laos, muy cerca de la frontera con Camboya. La altura total de 21 metros y el caudal medio de casi 11.0000 metros cúbicos de agua por segundo, es el principal obstáculo de que el Mekong no sea un río navegable en China.
En este escenario conocido por su rica pesca habitan dos pueblos minoritarios, los Khmer y los Bolaven, grupo étnico predominante en la región que dependen completamente de las cataratas Khone. Algunos científicos señalan a este paso la principal vía de migración de peces entre Camboya y Laos.
Los pescadores siguiendo una tradición hereditaria durante generaciones, desafían a la muerte en actos de circo caminando a lo largo de unos cables colgados sobre el río atronador.
Lamentablemente, un proyecto de energía hidroelectrica está en fase de una futura construcción, concretamente la presa de Sahong , desarrollado por la empresa de Malasia Mega Corporation Berhad. Una seria amenaza que sin lugar a dudas no solo pone en peligro la existencia de estos grupos étnicos sino también las necesidades biológicas únicas de unos peces que migran cada año cruzando los espectaculares saltos de agua de las cataratas de Khone.
Recolectores:
Dos veces al año en las cordilleras del Himalaya, los nativos se reunen alrededor de grandes acantilados que es el hogar de una curiosa abeja negra, la Apis Laboriosa. Acuden para recoger la cosecha de la productiva abeja, negra y bella y con una picadura letal.
Son varias generaciones de Rijis y Gurungs las proveedoras del entusiasmo y fascinación por las abejas. Su miel se mezcla en el paisaje con las plegarias a las deidades Sunpal, Deopal y Rajuwali, y les permite la sanación espiritual a través de la conexión terrenal con los chamanes y un culto-ceremonial de flores, frutas y arroz...
Unos días antes preparan el material necesario para la faena, e inician la marcha (a veces de varios días caminando) hasta llegar, exhaustos de carga y distancia, a los acantilados de Bhujung y Pasgaon a 2500 metros de altura. Riscos de más de 200 metros, con el nombre de alguno de los antepasados fallecidos en anteriores cosechas y hogar milenario de las abejas.
A continuación, encienden un fuego con rastrojos en la base del acantilado para que el humo obligue a salir a los insectos de sus colmenas. Desde arriba, un hombre desciende el acantilado (en carnes y sin arnés) aprovechándose para ello de una larga escalera artesanal hecha de bambú y cuerdas de cáñamo. En la cima, el mejor amigo del cazador asegura con su cuerpo y mente la vida de su hermano, y le sirve teas humeantes como única protección, mientras va cantando al resto de compañeros las andanzas de la cacería.
Cuando la canasta se llena, se baja hasta el terreno, se vacía y se utiliza de nuevo. Toda la operación desde el principio hasta el final es muy delicada. Puede tomar de 2 a 3 horas o más cosechar una sola de las muchas colonias. Cuando la jornada se acaba y después de la cosecha selectiva (no se exterminan la totalidad de los panales para favorecer la sostenibilidad) deshacen el camino.
Cada temporada las grandes industrias esquilman colonias enteras innecesariamente como tributo a la sobre-explotación de los insectos. La sobreexplotación turística, con tours incluídos, ponen en auge la industrialización de esta miel y las penurias de esta gente. Para colmo, hace unos años llevaron de Europa la Apis mellifera para polinizar los cultivos no nativos y aumentar la producción de falsa miel autóctona. La competencia de las dos especies unida a la deforestación y disminución del forraje ha diezmado las colonias.
Consumidores:
Extracción de diamantes en Parque Nacional Kalahari Gemsbok.
La presa de Sahong para energía hidraúlica en Laos.
Sobre-explotación de las abejas y la deforestación de los paisajes de Nepal.
¿PARA QUÉ?
Fuentes:
http://kurioso.es/2008/08/14/la-fiebre-del-oro-dulce-en-las-colinas-del-himalaya/
http://www.ericvalli.com/
http://elbauldejosete.wordpress.com/asombrosas-culturas/
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