"A cada persona que nace se le regala una canción, uno de estos "luohti", y tradicionalmente, los títulos de estas canciones son los nombres propios de estas personas que las han recibido como regalo."
Ángel Díaz de Rada Brun, antropólogo.
"Un estudiante me dijo un día: "Nosotros hacemos yoik, entonces nosotros recordamos, entonces nosotros somos"
Krister Stoor, profesora de estudios sami.
"Trazos en la nieve" es un estudio de campo antropológico sobre los samis, los habitantes de Samilandia, y Ángel Díaz de Rada Brun, profesor Antropología Social y Cultural en la UNED en Madrid, es su autor. Ésta es una pequeña transcripción de una entrevista a este antropólogo, y de las palabras de algunos pastores de renos.
"Es un problema describir a esta población, porque nosotros tenemos una cierta ligereza en hablar de pueblos completos, por ejemplo "la renta en Alemania", y en antropología es común hablar de los samis o lapones, de los azande, de los sioux, y hay que pensar que todos estos nombres son etnónimos, grandes categorías étnicas que clasifican grupos humanos que dentro de ellos mismos son enormemente diversos. Los sami han tenido una gran diversidad interna, y tuvieron un proceso de colonización parecida a los indios norteamericanos, los reinos escandinavos fueron arrinconándolos hacia el norte, hacia la zona más ártica. Pero son muy diversos en cuanto a redes de parentesco, formas de susbsistencia y de comercio y en cuanto a la lengua, que se pueden distinguir hasta diez variedades lingüísticas con un tronco común, aunque ocho ya están extinguidas. El tronco común ha hecho que se hayan podido comprender de una manera fácil entre ellos. Tienen un modo de parentesco común, bilateral. Un modo de subsistencia común , adaptada a estas zonas gélidas, y una estética musical narrativa muy peculiar."
"Hay que tener en cuenta que en el casco circunpolar la distinción entre occidental y oriental se pierde, y si el globo se mira desde arriba se ve que éstas poblaciones que parecen tan lejanas (los inuit de canada, los chukchee de Siberia y los samis) son vecinos. Un dato curioso es que un modo de subsistencia de estas gentes que es el pastoreo trashumante de renos los ha hecho comunes y que incluso ha producido intercambios de parentesco por ejemplo con los inuit de Canadá y muy particularmente de Groenlandia."
"Trazos en la nieve es una muy bonita metáfora acerca de la vida social en estas zonas de nieve. El paisaje es un paisaje continuo y plano, y el único modo de orientarse, a parte de las competencias sabidas acerca del color de la nieve, de sus diferentes texturas y profundidades, es realmente seguir la huella de otro. Cuando uno va allí lo ve con toda claridad, se ve yendo de una casa a otra. Donde la tundra es inmensa y plana y el horizonte se pierde, lo que uno no debe hacer nunca allí es iniciar una nueva huella, sino seguir las huellas de otros. Y esto da una idea de lo que es un territorio socialmente compartido y lo que es la construcción social del territorio."
Las tiendas cónicas, llamadas lávut suelen usarse para ahumar carne. Llevan toda la vida usando estas tiendas como refugios portátiles: soportan vientos de hasta 80 kilómetros por hora, y son fáciles de transportar y montar. Originalmente, se cubrían con pieles de reno.
Del reno, lo aprovechan absolutamente todo: la carne, las vísceras, la grasa, la sangre y hasta las pezuñas. Con las astas y huesos hacen artesanía, herramientas o juguetes; con los tendones, hilo; con la piel, bolsas o ropa. Los pastores sami llaman a su oficio "boazovázzi", "los que caminan con los renos" porque en otro tiempo, cuando no habían terrenos vallados, eso era lo que hacían, seguir la marcha de los animales a pie o en trineo. "Los renos piensan con el morro, no con los ojos. Se guían por el viento" explica Nils Peder Gaup. "La naturaleza controla el tamaño de la manada, las hembras que pasan el verano ocupándose sólo de sí mismas, tiene más probabilidades de parir crías más robustas la primavera siguiente" afirma.
Del reno, lo aprovechan absolutamente todo: la carne, las vísceras, la grasa, la sangre y hasta las pezuñas. Con las astas y huesos hacen artesanía, herramientas o juguetes; con los tendones, hilo; con la piel, bolsas o ropa. Los pastores sami llaman a su oficio "boazovázzi", "los que caminan con los renos" porque en otro tiempo, cuando no habían terrenos vallados, eso era lo que hacían, seguir la marcha de los animales a pie o en trineo. "Los renos piensan con el morro, no con los ojos. Se guían por el viento" explica Nils Peder Gaup. "La naturaleza controla el tamaño de la manada, las hembras que pasan el verano ocupándose sólo de sí mismas, tiene más probabilidades de parir crías más robustas la primavera siguiente" afirma.
El antropólogo Diaz de Rada cuenta sobre "La historia de la música sami tradicional, los luohti, que es sólo vocal, es que cada persona que nace en Samilandia (que es un territorio de población indígena europea que cubre cuatro estados: Rusia, Noruega, Suecia y Finlandia) Cada persona que nace se le regala una canción, uno de estos "luohti", y tradicionalmente, los títulos de estas canciones son los nombres propios de estas personas que las han recibido como regalo."
Los luohti son música tradicional sami, o yoik. Los pastores luteranos que convirtieron a los sami prohibieron este tipo de canto gutural, al que tildaron de música diabólica.
En medio de la nieve, en medio del rebaño de renos, Nils Peder canta un yoik que evoca a su esposa, Ingrid, para combatir la soledad
"Cuando canto un yoik, recuerdo lo que he visto, y recuerdo que no estoy solo", dice.
Krister Stoor, del departamento de estudios sami, en la universidad de Umea, lo explica:
En medio de la nieve, en medio del rebaño de renos, Nils Peder canta un yoik que evoca a su esposa, Ingrid, para combatir la soledad
"Cuando canto un yoik, recuerdo lo que he visto, y recuerdo que no estoy solo", dice.
Krister Stoor, del departamento de estudios sami, en la universidad de Umea, lo explica:
"Hacer yoik es vivir. Vivir es hacer yoik dedicado a uno mismo.
Significa que el yoik reafirma la identidad de una persona. El yoik no es una canción, tampoco una historia. Es parte de una larga tradición identitaria, donde los seres humanos estamos relacionados unos con otros, con la naturaleza, con los animales. Yoik es recordar viejos tiempos. Un estudiante me dijo un día: "Nosotros hacemos yoik, entonces nosotros recordamos, entonces nosotros somos""
"Tú no haces yoik sobre una cosa,sino sobre alguien, un animal o la naturaleza. Hacer yoik es estar en contacto con alguien. Hacer un yoik luohti/vuolle a alguien es estar unido a esa persona. Recordar es también mantener y resurgir una vida; tú vives en la medida que eres recordado. Cuando tú olvidas o eres olvidado, ya no eres parte de ese círculo social, te vuelves solitario, y mueres."
"La identidad de los sami no es individual. Eres parte de algo, una familia, un área geográfica a la que estás unido y esto se verifica a través del luohti."
"Nosotros que siempre tenemos el sentimiento de ser pequeños, cuando nos sentimos aún más pequeños, somos demasiado vergonzosos para decirlo con palabras. Pero a veces esas palabras que necesitamos vienen con su propia fuerza: una nueva canción ha nacido"
Un luoghti para las que se llaman Ana Maria y otro, más modernito, para las Irene:
Fuentes:
https://webspace.utexas.edu/jmwein/sami/yoikstoor.pdf
http://www.rtve.es/alacarta/audios/uned/uned-trazos-nieve-21-04-12/1384808/
National Geographic. Enero 2012.
National Geographic. Enero 2012.
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