Saturday, October 5, 2013

Indígenas de Siberia: Yamal significa el fin del mundo.

"Cuando pasan junto a un árbol lo saludan, y cuando hacen un fuego le agradecen su calor con unas gotas de leche, té o vodka."

"La globalización les está alcanzando y creen que lo suyo no vale nada, tienen complejo de inferioridad. Los niños a los 10 años ingresan en internados en las ciudades, y allí se pasan el día delante del televisor y sus promesas."
Carmen Arnau Muro, antropóloga.


¿Te imaginas vivir a 70 grados bajo cero?

El 10% de Siberia son indígenas. Son 30 tribus, cada una con su cultura y su lengua. Aunque algunos pueblos indígenas, como los sakha (o yakutos) y los komi, poseen sus propias repúblicas dentro del estado ruso, muchos otros grupos menores están en zonas más remotas.
Hoy en día, el 10% de los pueblos indígenas de Siberia vive de forma nómada o seminómada, en comparación con el 70% de hace sólo 30 años.

"No son nómadas, pero tienen gran movilidad. Son los que siempre se escapan de la administración rusa, del servicio militar y de las cárceles. Rusia ha intentado controlarlos, pero es difícil llegar hasta ellos. Eso les ha permitido mantener sus creencias chamanísticas" explica Carmen Arnau Muro, antropóloga.

Esta mujer se apasionó por Siberia todavía siendo niña, después de haber leído el libro "Cuentos
mágicos de Siberia". Su primera expedición a Siberia data de 1997. Tras realizar un viaje a la región donde viven los chorses, continuó con muchas otras expediciones anuales, siempre en solitario. Describió a numerosos chamanes y sus rituales y anotó la letra de sus canciones. "He estado en numerosos poblados donde no habían visto a ningún extranjero", cuenta.

"Tengo allí un pequeño centro de investigación. El entorno es increíble, la atmósfera está limpísima, sin luz eléctrica ni coches. Hay una paz y una energía indescriptibles."

Estos indígenas hablan 30 lenguas que proceden de una gran variedad de familias lingüísticas: algunas no poseen semejanza con ninguna otra lengua, y ninguna tiene parecido con el ruso.

Los Sakhas, Sajá, o Yakutos viven en la república de Sajá (Yakutia), también conocido como el “polo del frío”. Se dedican principalmente a la caza, la pesca y la cría de caballos y ganado, y viven en yurtas. Es la república más grande en lo que a superficie se refiere: tres millones de kilómetros cuadrados. Además es una de las regiones más ricas de la Tierra: de aquí se extrae el 40% del oro ruso, así como uno de cada cinco diamantes del planeta. "Aunque a los indígenas, esto no les llega" asegura la antropóloga. "Son gente brava y dura. cuando estuve de profesora, pasaban semanas con una niebla blanca con 40-45º bajo cero. Viven de lo que cazan y pescan, y en la tundra también tienen manadas de renos."

"Hay sitios en los que hay una amplitud térmica de 100º. En Yakutia, en verano puede llegar a los +35º grados y en invierno a los -70º"

Los Evenki fueron en sus orígenes un pueblo nómada, por lo que solían vivir en campamentos formados por diversas tiendas conocidas como cuoluozi.

Habitan una amplia zona de la taiga siberiana, también en Yakurtia, que puede alcanzar los 45º bajo cero. Los evenki son hábiles jinetes y muchos de ellos se dedican a la cría de renos. A partir de los siete años, los niños de este pueblo aprenden a montar estos animales para poder acompañar a sus padres en los trabajos de pastoreo. Usan unas sillas de montar especialmente adaptadas para poder montar a los renos, que también usan como animales de carga, en lugar de para arrastrar trineos, como hacen otras etnias.  Nunca se comen a sus renos domésticos, mientras que sí cazan y comen los salvajes. Adoran a los espíritus de sus antepasados así como al fuego, al que consideran un dios. Antes de empezar a comer, los evenki tienen que realizar un ritual de saludo al dios del fuego. También adoran a los osos y después de matar a uno de estos animales se realizan rituales con el fin de dar un "entierro del viento" a las bestias. Los entierros del viento consisten en dejar los restos del cadáver al aire libre para que sean devorados por los cuervos.
 
 "Creen en lo mismo que defiende la física quántica, que cada uno de nosotros somos una parte del todo. Para ellos, las plantas, los animales, las piedras, las montañas, los ríos... no son ajenos a nosotros, por eso son tan humildes y respetuosos con la naturaleza.
Dicen que nosotros no somos ni más ni menos que los otros seres. Para ellos, las plantas y los animales tienen espíritu, es decir, energía, alma, un sentir al que podemos apelar. Cuando hacen ritos de sacrificio, le piden primero permiso al animal, que puede aceptar o no." 

"Llama la atención ver cómo esa gente habla con la naturaleza. Cuando pasan junto a un árbol lo saludan, y cuando hacen un fuego le agradecen su calor con unas gotas de leche, té o vodka. Ven la vida en todo lo vivo y lo respetan." explica Carmen.

Los Nenets, Nenezos, Yuracus, Samoyedos, Saamod o Saamid habitan en los distritos autónomos de Nenetsia, Yamalo-Nenets y Janti-Mansi y en el krai de Krasnoyarsk.

En la lengua de los indígenas nénets, Yamal significa el fin del mundo; es un lugar remoto, azotado por el viento, de permafrost, ríos serpenteantes y arbustos enanos, y desde hace más de mil años es el hogar de los pastores de renos del pueblo nénets. Los pastores nénets siempre se han trasladado con sus renos estacionalmente y han viajado por ancestrales rutas migratorias.

Aunque han sido influenciados por el cristianismo ortodoxo a partir de la conversión forzada, las creencias tradicionales animistas se han conservado y conviven con ellas. Num es considerado como dios supremo que habita en todos los elementos naturales e incorpora en sí mismo todos los fenómenos atmosféricos. Gobierna el mundo de los muertos Nga, hijo de Num, a veces representado como la "tierra vieja". Gran variedad de espíritus gobiernan la tierra y las aguas que impregnan todos los seres vivos. También están los espíritus domésticos de la chimenea (haehe), que son representados en figurillas antropomorfas de madera y piedra y pueden heredarse de padre a hijo. Entre estas figuras es muy importante la muñeca que representa la "anciana del chum", que protege el espacio de la tienda doméstica.

Sergei Hudi afirma que "La tierra lo es todo para nosotros. Todo. Los renos son nuestro hogar, nuestra comida y nuestro medio de transporte. Los abrigos de los nénets están hechos de piel de reno, y se cosen con los nervios del animal. Las herramientas y algunas partes del trineo, con sus huesos. Las cubiertas de las tiendas de campaña, de forma cónica (llamadas choom o miya) también se hacen con la piel de este animal. Cada nénets tiene un reno sagrado, que no puede tirar de un trineo o ser sacrificado hasta que ya no pueda caminar."

Hoy en día, la subsistencia de estos y los restantes pueblos se ve amenazada por la degradación ambiental que causan la industria de hidrocarburos y las empresas madereras. Sus derechos territoriales siguen sin ser reconocidos. Carmen a través de sus charlas, conferencias, libros, museo... intenta que, al menos, sean conocidos. Y en numerosas entrevistas que ella da, entre otras cosas, cuenta:

"Su solidaridad es absoluta y espontánea. Tienen unas normas muy civilizadas. No es que sean más
buenos que nosotros, sino que es una estrategia para sobrevivir. Nunca se puede negar ayuda, te piden algo y hay que hacerlo. Si te piden algo es porque realmente lo necesitan o lo quieren, no es un capricho. Allí, negarle la ayuda a alguien es un deshonor. Es impensable que una anciana le pida a un joven que le corte leña para el invierno y éste le diga que está ocupado. O ponerse a comer y no compartirlo."

"Le contaré una cosa curiosa. Los que se encargan de la sanidad de los chorses, un pueblo de la taiga siberiana, aseguran que no hay ni un solo caso de violencia doméstica. Las sociedades cazadoras recolectoras son las más igualitarias del mundo.

Porque no acumulan, no guardan para mañana, viven al día. Allí la mujer y el hombre son socios, comparten el trabajo duro, los mismos problemas. Se necesitan mutuamente. No tienen tan mitificada la sexualidad como nosotros y no la entienden como una propiedad de uno sobre otro. Cada cual se casa con quien quiere sin ningún tipo de presión familiar, y practican una cierta permisividad sexual. Tanto el hombre como la mujer pueden tener algún episodio de infidelidad sin que nadie se escandalice por ello. Y la mujer es muy independiente: en verano coge su caballo y se va a ver a sus parientes a otros pueblos durante varios días."

"En Siberia del sur, los chamanes y chamanas no toman ningún tipo de alucinógeno, entran en el estado modificado de conciencia a través de la música del tambor. De esa forma se comunican con los espíritus de la naturaleza para obtener ayuda, curar o adivinar. El chamanismo no necesita templos y es muy respetuoso.
No piden nada a cambio. Una vez llegué a un poblado en busca de una chamana, pero se había ido unos días a recoger el heno. Yo, con mi mentalidad occidental, me quejé. “No se preocupe”, me dijo un chaval. Al anochecer vi llegar al chaval con la chamana toda sudada y acalorada: “¿Necesita ayuda?”, me preguntó. Me dio una vergüenza horrible, yo sólo quería hacerle unas preguntas. En otra ocasión contraté a un chico y un par de caballos para visitar una población lejana. Teníamos que partir al amanecer, pero el chico no llegó hasta la tarde. Lo vi venir con una sonrisa de oreja a oreja.
Me enfadé, y el chico, apenado, me respondió: “Debería saber que si no he venido es porque no he podido”. Es otra filosofía."

"La mayoría de esas poblaciones tiene problemas de alcoholismo. Creo que es una forma de suicidio de los indígenas. Están muy frustrados. La globalización les está alcanzando y creen que lo suyo no vale nada, tienen complejo de inferioridad. Los niños a los 10 años ingresan en internados en las ciudades, y allí se pasan el día delante del televisor y sus promesas."

El escritor Yuri Rytkheu, de la tribu siberiana chukchee, nieto de chamán, describió el modo de vida de los chukchee y cómo se vio influenciado por la Unión Soviética. Fue crítico con la "civilización" y con cómo los pueblos indígenas eran tratados en lo que él llamó un "genocidio silencioso". 

"No podía mostrar, no podía hablar de ello, sobre los problemas que la civilización está haciendo en un mundo de naturaleza virgen. Por eso recibí en repetidas ocasiones la máxima censura. A mí me acusaron de espía cuando recogí material sobre los desastres ambientales, la evidencia más convincente con fotografías de la tundra herida." criticaba.


Fuentes:
http://www.etnomuseosiberia.org/index.htm
https://www.facebook.com/etnomuseo.siberia?fref=ts
http://carmenarnaumuro.com/conferen.htm

http://www.survival.es/articulos-fotos/3200-los-nenets-de-siberia 
http://adoptaenrusia.net46.net/pueblossiberianos.pdf
http://www.rg.ru/2004/03/25/chukcha.html
http://sp.rian.ru/news/20070825/74315960.html
http://www.elmundo.es/albumes/2012/03/02/indigenas_nenets/index.html

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