Tuesday, October 4, 2011

Sing-sing: alianza de civilizaciones en Papúa.

El sonido monocorde del kundu, un alargado instrumento de percusión característico de Papúa-Nueva Guinea, preside las ceremonias de Sing-sing, como llaman los papúes a los encuentros de tribus para bailar y cantar, como los festivales de Mount Hagen, Pym y Goroka.             
 

Son apenas cinco millones de habitantes, pero divididos en miles de tribus y 820 lenguas podrían ser, cada una de ellas, un país en sí mismo: tienen su propia cultura, su lengua, sus creencias… Ni siquiera una evangelización que ha convertido al 96 por ciento de la población al cristianismo logra aunar idiomas y criterios, pero hace ya medio siglo que las tribus, milenariamente en guerra por el ganado, las tierras y las mujeres, accedieran a organizar una particular `alianza de civilizaciones´. Desde entonces los clanes aparcan, cada septiembre, sus diferencias y celebran una impresionante fiesta nacional.

Lo hacen desde 1957 en la ciudad de Goroka. Ese día, los papúes cantan y bailan juntos. «Hoy nos sentimos felices», repiten entre plumas y tambores. 

En la primera edición del festival, las tribus no se conocían entre ellas por lo espeso de las selvas y la distancia entre las aldeas. Y si habían estado alguna vez frente a frente, había sido para matarse y robar al otro el ganado y las mujeres, cuando no las tierras. Pero en 1957 todo cambió y, desde entonces, cada año los grupos tribales acuden a Goroka desde las tierras altas occidentales, los bosques y los atolones de coral que rodean el país en son de paz.


La mayoría de las 820 lenguas que se hablan en el país cuenta con apenas 5.000 hablantes y, a veces, menos: 500. Tal diversidad originó la aparición de muy distintas formas de expresión cultural. Cada grupo tiene su tradición en el arte, el baile, el armamento, la vestimenta, la arquitectura… El actual Sing Sing es una pintoresca celebración que acoge tanto a las tribus más `civilizadas´ como a las más aisladas. Una de estas últimas, el clan de los Hulis, vive en las selvas altas del sur, envueltas en nubes, y ha resistido a todas las intrusiones de la civilización. Hace sólo 70 años que vieron al primer europeo. Son los guerreros más temibles del país y viven en constante conflicto, salvo tratados de paz por intercambio de tierras y cerdos. Sin embargo, para ellos las apariencias lo son todo. Y muestran una sorprendente delicadeza en su obsesión con el pelo. Lo dejan crecer al máximo y lo preservan luego en unas pelucas cuya elaboración les lleva años. Eso sí: no vacilan en perpetuar la leyenda de su antropofagia si con ello mantienen lejos a los misioneros y occidentales en general, que, ante la duda o por respeto al aislamiento elegido de los hulis, ni se acercan…


Por el contrario, la tribu de Komiufa ha experimentado su particular `perestroika´. Y para su presentación en el Sing Sing tiene hasta patrocinador: el mismísimo gobernador de Goroka. La tribu, a cambio, renuncia a su tradicional vestimenta y se enfunda en chillonas prendas sintéticas con los colores de la compañía de helicópteros de alquiler del propio mandatario. Mamissa, jefe de la tribu, explica que muchas de sus antiquísimas tradiciones están siendo olvidadas. «Antes –reconoce Mamissa– teníamos nuestras creencias; reverenciábamos a la naturaleza; éramos guerreros que luchábamos con las tribus vecinas para hacernos con sus tierras y mujeres, pero hoy sólo quiero orar en la iglesia del hombre blanco; tengo deudas y la Iglesia nos ayudará a librarnos de ellas; es todo lo que quiero.» Si bien el impacto de la modernización transforma con prisa la faz de Papúa-Nueva Guinea, sigue sin haber una población homogénea y la mayoría depende aún de la agricultura de subsistencia y vive en aldeas. 

En cualquier caso, el Sing Sing permite admirar algunas de las culturas y artes  más fascinantes del mundo… ¿antes de que desaparezcan?

Fotos de Marc Dozier:




Así se maquillan el rostro en Simbu, una de las 20 provincias de Papúa, para celebrar una sing-sing.



Walva, de la tribu Wahgi, da los últimos toques a su atuendo para participar en el festival de Mount Hagen



En los festivales, los miembros del pueblo murki lucen tocados de más de medio metro de plumas, flores secas y trenzados vegetales.


Maquillaje de la tribu Aroua Paia, que usa tanto pigmentos naturales como pigmentos industriales. Detalle del rostro de Worawa Kitel.


Los asaros que habitan el valle de Wahgi son famosos por sus máscaras de arcilla de formas monstruosas, que antes usaban para asustar a sus enemigos.


Miembros de una tribu se maquillan antes de salir "a escena".


Los hombres de la tribu huli, en las Tierras Altas del Sur, son famosos por sus pelucas y accesorios a base de pelo animal, y el intenso maquillaje del rostro.


En Papúa hay más de 1000 grupos culturales, cada uno con su lengua, costumbres, bailes y expresiones artísticas.

Pero no "de la edad de piedra" ni "primitivos". 


Willy Eiya, jefe de la tribu Huli de Papúa, Nueva Guinea, está conectado usando el movil mientras muestra el sitio de su tribu en la Web, durante la Feria Internacional de Turismo, en Berlin.
 
Fuentes:
http://www.marcdozier.com/

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