Sunday, October 30, 2011

Sumak kawsay y Suma qamaña: Tumpasiña o he venido a echarte de menos.

"Para el capitalismo el capital es lo más importante, para el comunismo el hombre es lo más importante, pero para la comunidad, para el pueblo indígena originario, la vida es lo más importante" Fernando Huanacuni Mamani, aymara.

"La inmensidad del Altiplano nos hace sentir minúsculos en medio de él, por eso cuando de pronto en nuestra vida sumergida en esta inmensidad, se nos acerca un campesino y nos dice: "he venido a echarte de menos" se experimenta como un "desvelamiento" por no decir una "revelación" de la profundidad del Altiplano".  José Fernández de Henestrosa.


Las tres palabras,  Sumak kawsay, Suma qamaña, y Buen vivir significan lo mismo, aunque cada cual, en su contexto, presenta matices diferenciadores. 
Sumak kawsay es quichua ecuatoriano y expresa la idea de una vida no mejor, ni mejor que la de otros, ni en continuo desvivir por mejorarla, sino simplemente buena.
 
Suma qamaña viene del aymara boliviano e introduce el elemento comunitario, por lo que tal vez se podría traducir como “buen convivir”, la sociedad buena para todos en suficiente armonía interna. 

Buen vivir, finalmente, y en las diversas lenguas de los países centrales, suele implicar el disfrute individual, material, hedonista e incesante. “Buen vivir” casi se reduciría al “comer, beber y dormir”.

Luis Macas, dirigente indígena, político e intelectual ecuatoriano de nacionalidad kichwa, explica el concepto ecuatoriano:
“Para los Pueblos Indígenas o las Naciones Originarias, este concepto es producto de todo un acumulado histórico milenario, proviene desde su vivencia de hace miles de años, así como de las experiencias de lucha de resistencia de nuestras Naciones. Por lo tanto, este concepto no aparece de la casualidad, ni nace en la Constitución de la República Ecuatoriana, el Sumak Kawsay se origina en el centro de la vida comunitaria y se explica en el ejercicio y práctica cotidiana de nuestras comunidades, es lo vital de la matriz civilizatoria de nuestros Pueblos, que aún tiene vigencia, a pesar de la interrupción violenta de la colonialidad y la agresión del modelo capitalista.
 
SUMAK, significa plenitud, grandeza, lo justo, completamente, lo superior.
KAWSAY, es vida en realización permanente, dinámica y cambiante. Es interacción de la totalidad de existencia en movimiento, la vida entendida desde lo integral, es la esencia de todo ser vital. Por tanto, Kawsay es, estar siendo.

El Sumak Kawsay, es la vida en plenitud, es el resultado de la interacción, de la existencia humana y natural. Es la construcción permanente de todos los procesos vitales, en las que se manifiesta: la armonía, el equilibrio, interno y externo de toda la comunidad no solo humana, pero también natural.

El Sumak Kawsay es más que Buen Vivir. Buen Vivir es conformidad, vivir mejor, o que equivaldría decir también prosperidad económica, comodidad, que no se compara con el verdadero significado del Sumak Kawsay.
Entonces, la resistencia y la vigencia del Sumak Kawsay al no ser adaptable al sistema actual es una propuesta para superar este modelo nefasto y construir el sistema comunitario. Creemos que no puede incrustar, o incorporar al modelo de desarrollo ni puede ser un apéndice de este sistema ni de este modelo de Estado, sino hay que transformar fundamentalmente las viejas estructuras del Estado y la institucionalidad vigentes y construir una nueva, pero hecha con nuestras manos, con las manos del pueblo. No se trata, de una propuesta para indígenas, sino para la humanidad, es más, consideramos que es una construcción de una opción de vida para todas y todos.”

En cuanto al aymara boliviano, Qamaña es habitar, vivir, morar. Qamaña es también el nombre que se da al lugar abrigado y protegido de los vientos de los pastores, para que mientras descansan, cuiden a sus rebaños. Es decir, qamaña, desde sus diversos ángulos, es vivir, morar, descansar, cobijarse y cuidar a otros. En su segundo uso, insinúa también la convivencia con la naturaleza, con la Madre Tierra Pacha Mama.
Es, por tanto, la energía y fuerza vital para vivir y compartir con otros. Por eso, cuando en el mundo andino, y en tantos otros pueblos indígenas originarios, se afirma que las suyas son culturas para la vida, no se refieren sólo a este hecho físico de vivir sino también a todo este conjunto de relaciones sociales con un ambiente de acogida. Por eso se habla además de “cuidar” y “criar” la vida, como algo que hacen juntos, en familia.

José Fernández de Henestrosa, que pasó treinta años conviviendo con las comunidades aymara altiplánicas de Jesús y San Andrés de Machaq, cuenta: 
 
"En la casa parroquial de Qurpa acudía con frecuencia un célebre viejito pidiendo algo y, pese a sus muchos años, decía en castellano: ‘es que soy huerfanito’. Al cura español le sorprendía que apelara a sus padres muertos muchísimo tiempo atrás. Pero en ese contexto aymara resulta más bien
iluminador sobre qué hace a alguien rico o pobre: la capacidad de vivir acogido y compartiendo con los demás."

"La manera más común para decir en aymara para decir que alguien es ‘rico’ es
Qamiri. Y viceversa, para hablar en aymara de gente rica, burguesa, prepotente, etc. muchos, aymaras o no, suelen recurrir a ese término en plural: qamirinaka. La connotación más profunda no sería la de un ricacho que
vive de una manera lujosa y prepotente a costa de los otros."

"Nosotros diferenciamos vivir mejor de Vivir Bien. La modernidad, el desarrollo, el progreso occidental, motivan el vivir mejor, que tiene una connotación de tener más, de ahorrar más, de acaparar más bienes materiales… Es un sistema de competencia entre seres, entre pueblos… Si antes el principio era "pienso, luego existo", ahora la premisa de Occidente, de la modernidad, es "compito, luego existo". Esa es la característica de vivir mejor.

Nosotros no queremos vivir mejor, no queremos competir con nadie. Para nosotros la premisa de Vivir Bien significa vivir en armonía o equilibrio, ese es el concepto básico de la vida. Para el capitalismo el capital es lo más importante, para el comunismo el hombre es lo más importante, pero para la comunidad, para el pueblo indígena originario, la vida es lo más importante, y en ese contexto se sitúa el Suma Qamaña.

Vivir Bien es equilibrio y armonía, y ese equilibrio y armonía tienen acciones específicas concretas en nuestra familia, nuestra vida y la sociedad. Vivir Bien también significa despertar en el contexto de relacionamiento con la vida, complementándonos con todas las formas de existencia." Fernando Huanacuni Mamani, aymara.

En un reciente taller del Viceministerio de Planificación sobre el objetivo central del desarrollo, un aymara comentó: “Es que suma qamaña en realidad no es ‘vivir bien’ sino ‘el saber convivir y apoyarnos los unos a los otros’.

Esa manera de buen convivir va rebalsando de la esfera familiar a la comunal y más allá y no es sólo una cuestión social sino también política, y hasta ritual.
En la comunidad rural, toda la vida de cada individuo es concebida como caminar, en una creciente madurez expresada sobre todo en el mayor servicio a la comunidad. Este proceso por el que de una u otra manera y a ritmos distintos todos pasan, en aymara se llama thakhi ‘camino’. Los dirigentes de las comunidades durante su año de autoridad dedican todo su tiempo al servicio de su comunidad correteando de un lugar a otro para lograr que mejoren su escuelas o colegios, se atienda bien en salud, arreglen los caminos, sus comunarios se reconcilien cuando hay peleas, los visitantes se sientan bien recibidos...Tener un cargo es, realmente tener una carga pesada de la que no salen enriquecidos sino con los bolsillos vacíos y cargados de deudas de ayni (ayuda mutua y reciprocidad) Por eso un elemento clave en la indumentaria es el bulto (q’ipi) pesado que cargan en la espalda. La gente le critica si ese bulto no es pesado, pues debe significar que los dos cargan la responsabilidad por toda la comunidad. Un cargo es una carga, no un lucro.

Con el cumplimiento sucesivo de determinados servicios, la persona o pareja que pasa por ellos va creciendo en responsabilidad y a la vez en reconocimiento por parte de la comunidad, por la manera que preocupa y se echa de menos a la gente a la que está sirviendo. Un año sumamente activo en que corretean de un sitio al otro “echándose de menos” a todo su “rebaño” de comunarios para servirles. Un echarse de menos desde el corazón:

“La lengua aymara es una "lengua de ángeles". Tiene un verbo tumpasiña, que expresa maravillosamente este sentimiento de totalidad que el Altiplano ejerce sobre sus moradores. Se puede traducir por: "Ir a visitar, ir a ver, ir a percatarse ocular y personalmente de alguien o de algo propio o considerado como propio, y por tanto muy querido, muy amado, muy apreciado por uno. Un ir a echarse de menos”. Sentimiento que no se satisface una sola vez, sino que reiterativamente surge en el corazón como algo ineludible. La inmensidad del Altiplano nos hace sentir minúsculos en medio de él, por eso cuando de pronto en nuestra vida sumergida en esta inmensidad, se nos acerca un campesino y nos dice: "he venido a echarte de menos" se experimenta como un "desvelamiento" por no decir una "revelación" de la profundidad del Altiplano. ¡Uno se pensaba y se sentía pequeño, desconocido, extranjero... y de pronto le hacen notar que alguien en su corazón se ha apropiado de uno!
Ir a echarse de menos, no es ir a controlar, a vigilar, a pedir cuentas, a examinar, a juzgar... pues todas esas cosas se pueden hacer por terceras personas o con otros medios impersonales. No se va a echarse de menos por utilidad o en busca de seguridades personales, diría que se va porque sí, se va porque se ama.” José Fernández de Henestrosa.



Fuentes:

Thursday, October 27, 2011

Tantos años llamando al indígena salvaje no le han convertido en uno.

Nosotros no creíamos que las praderas infinitas, las hermosas cumbres y los susurrantes arroyos rodeados de enmarañada maleza fueran “salvajes”.
Solamente el hombre blanco creía en la “naturaleza salvaje”, y solamente el creía que la tierra estaba llena de animales salvajes.
Para nosotros, la naturaleza estaba domesticada. La tierra era prodiga y nos rodeaban las bendiciones del gran misterio.
Hasta que llegó el hombre hirsuto del Este, y empezó a infligir con frenética brutalidad (a nosotros y a nuestros seres queridos) injusticia tras injusticia, la tierra nunca fue salvaje para nosotros.
Cuando los animales salvajes comenzaron a huir del hombre blanco, fue cuando empezó para nosotros
el “Salvaje Oeste”.....
Los ancianos Lakota eran sabios. Sabían que apartado de la naturaleza, el corazón del hombre se endurece.
Sabían que la falta de respeto hacia las cosas vivientes que crecen, lleva también a una falta de respeto hacia los humanos.    
‘Tantos años llamando al indígena salvaje no le han convertido en uno"
 
Luther Standing Bear ("El Sagrado Aroma del Mundo:el indio y la naturaleza")


Para describir a los pueblos indígenas se han empleado, desde la era colonial, términos tales como “primitivos”, "salvajes" o “de la Edad de Piedra”, palabras que refuerzan la idea de que estos pueblos han permanecido sin cambios en el transcurso del tiempo y de que están atrasados. Esta idea es tan errónea como peligrosa.
Es errónea porque todas las sociedades se adaptan y cambian, y es peligrosa porque se utiliza con frecuencia para justificar la persecución o el “desarrollo” forzoso de los pueblos indígenas. Los resultados son casi siempre catastróficos: pobreza, alcoholismo, prostitución, enfermedad y muerte.

Hace unos dias salió en la prensa esta noticia: "Stefan Ramin, un alemán de 47 años amante de los deportes náuticos, realizaba el viaje de su vida cuando fue asesinado y devorado por caníbales en una isla de la Polinesia francesa.
Tras el hallazgo de restos óseos y dientes en una fogata en la isla, los expertos policiales creen que fue "cortado en pedazos y quemado", para ser posteriormente comido por los individuos caníbales"

Indígenas de todo el mundo han reaccionado con consternación ante las informaciones. 

Deborah Kimitete, vicealcalde de la isla de Nuku Hiya, donde tuvo lugar el presunto asesinato, ha dicho en declaraciones a la BBC: “Estamos muy dolidos por estas acusaciones de canibalismo, que son completamente falsas… No sé por qué hablan de canibalismo, es como si habláramos de canibalismo en Inglaterra por el mismo motivo. Es terrible decir algo así. Aquí nadie habla de eso, no es cierto. No es el caso, en absoluto, y estamos muy dolidos”.

Benny Wenda, un hombre de Papúa que pertenece a la tribu lana, ha dicho: “Estamos hartos y cansados de estas historias. El motivo por el que siguen usando la palabra ‘caníbal’ para referirse a nosotros es porque piensan que somos salvajes. Es como llamar a los alemanes de hoy en día nazis por su pasado, o Gran Bretaña un lugar donde se quema a las brujas en la hoguera, donde existe la esclavitud infantil y hay ejecuciones públicas. Solo es periodismo vago y racista”.


Fuentes: http://www.survival.es/noticias/7808

Tuesday, October 25, 2011

Hakani y la ley de Muwaji: El infanticidio (fraudulento) en la Amazonia.

Más de 350.000 personas han visto en YouTube el filme “Hakani” que se presenta como la verdadera historia de una niña indígena brasileña enterrada viva por su pueblo. Survival mantiene que esta película no es auténtica, que el barro que cubre el rostro de la niña “en realidad es pastel de chocolate”, que hasta los misioneros que la produjeron admiten que "no hay forma de comprobar lo que dicen que sucedió", y que la noción que difunde acerca de que el infanticidio es una práctica extendida entre los indígenas brasileños es falsa.

João Pacheco de Oliveira, por la Comisión de Asuntos Indígenas / ABA (Asociación Brasileña de Antropología) advirtió: "Hakani, colocado en You Tube y visitado por miles de personas, no es un registro documental de un pueblo nativo, sino más bien el resultado de un escenario absurdo de una entidad fundamentalista americana. Utilizarse como base para una campaña contra el infanticidio perpetrado presuntamente por los indios, también tiene como objetivo aumentar recursos para las iniciativas (sin duda más "pilantrópicas" que filantrópicas) de los misioneros." 


Se está enseñando a la gente a odiar a los indígenas, incluso a desearles la muerte”, declara el director de Survival, Stephen Corry, en una entrevista exclusiva acerca de “Hakani”. “Fíjese en la página web de YouTube, en la que aparecen comentarios como ‘Eliminen a estas tribus nativas. Dan asco’. ‘Esos hijos de p*t* del Amazonas que entierran a niños pequeños, hay que matarlos a todos’’’.

“La película se centra en lo que los mismos productores dicen que ocurre rutinariamente en las comunidades indígenas, pero lo que ellos dicen no es cierto”, explica Corry. “Los casos de infanticidio en el Amazonas son raros. Cuando pasa…es una decisión de la madre y no se toma a la ligera. Se lleva a cabo en privado y en secreto, y suele ser considerada una práctica vergonzosa y ciertamente trágica”.

João Pacheco de Oliveira añade: "Lejos de ese escenario, no sería un escenario real de la crueldad o irracionalismo. Las pocas ocasiones en que se registraron los hechos se dio en respuesta a una desgracia mucho mayor que amenazaba con llegar a esa persona, a su familia y a su la comunidad. La decisión no fue tomada a la ligera o sin pensar, lo que implica el dolor y la tensión, pero siempre se ha llevando a cabo con el respeto, la discusión y la responsabilidad. Un paralelo en nuestra sociedad sería el consejo de familia, los consejos médicos y los tribunales."

“Hakani” fue dirigida por David Cunningham, hijo del fundador de la organización misionera fundamentalista norteamericana llamada “Youth with a Mission” (“Juventud con una Misión”) y que cuenta con una sucursal en Brasil conocida como Jocum. El director de Survival argumenta que los misioneros pretenden minimizar su nivel de implicación en la producción de la película.

Te invitan a que des dinero a UNKF, pero no te dicen lo que significan estas siglas, es parte de la misión”, continúa Corry. “La participación evangélica no se menciona en absoluto. Incluso si descargas la película completa, los créditos son ilegibles, de forma que no puedes saber quién está detrás.”

Corry sostiene que la película es parte de una campaña de los misioneros para presionar al Gobierno de Brasil con el objetivo de que apruebe un controvertido proyecto de ley conocido como “ley de Muwaji”. Esta ley obligaría a los ciudadanos brasileños a informar a las autoridades sobre cualquier cosa que consideren “una práctica tradicional dañina”. Esta ley promovería una “caza de brujas”, “supondría un retraso de siglos para Brasil” y “podría causar una ruptura social catastrófica”. 

En una carta enviada a la comisión de derechos humanos de la Cámara de Diputados del Congreso de Brasil, los indígenas yawalapiti y los mebengokré kayapó instaron a los políticos a que no aprobasen la ley, a la que tacharon de destructiva e intrusiva. Igualmente, hicieron un llamamiento para que “Youth with a Mission” deje de llevarse a los niños indígenas de sus familias y comunidades para darlos en adopción. Alegan que los misioneros evangélicos están alejando a los niños de sus comunidades indígenas con el pretexto de “salvarlos” del infanticidio.

João Pacheco de Oliveira concluye: "Al margen de los proyectos de ley que circulan en el Congreso, muchos de los niños indios son separados de sus comunidades y caen en su mayoría en diversas formas de explotación. Son, al igual que otros niños de Brasil, víctimas de la esclavitud, la explotación doméstica y sexual, la trata de personas. Es a estos fenómenos, dolorosos y perjudiciales para las comunidades y significativos cuantitativamente, a los que los legisladores y los administradores deben dirigir su atención."
 
"El problema de los pueblos indígenas en Brasil no es el infanticidio, sino el que tengan sus tierras codiciadas e invadidas, el que se enfrenten a un feroz asedio de las áreas que necesitan para garantizar su continuidad física y cultural, y el que sufran de diversas formas de violencia que resultan de este proceso. Este refrito de viejas sospechas y acusaciones coloniales sólo puede ayudar a fortalecer a aquellos que quieren tomar las tierras de los indígenas y destruir sus cosechas. En otras palabras, traer de vuelta los prejuicios, el autoritarismo y el racismo"


Fuentes:

Sunday, October 23, 2011

Los cazadores de cabezas, el loco antropólogo y los jóvenes aviadores: una historia de la Segunda Guerra Mundial.

“Había un insistente sonido de gongs con mucho ritmo. Contentos de que no fueran nuestras cabezas las que estuvieran ahumándose allí, es su forma de vida. Yo era un invitado a su casa, no iba a criticar lo que estaban haciendo”. Dan Illerich

Dayak con cabezas.
El 16 de noviembre de 1944, una avioneta estadounidense fue alcanzada por la artillería nipona cuando sobrevolaba la densa jungla de la isla de Borneo.
Borneo era la isla de los Dayaks y cientos de desconocidas tribus con fama sanguinaria que habían sabido defender muy bien su jungla. Ni la peor de las guerras había sido capaz de someter sus derechos sobre la selva que los vio nacer. Los japoneses los tenían aislados pero nunca sometidos.

“Volaban muy bajo y humeaban. Todo lo que podíamos oír era el ruido, y después vimos el humo y los paracaídas”
Ganang Laban, tribu Lun Dayeh. 

Los soldados se dispersaron en la caída. Dos de ellos se mantuvieron juntos. El encuentro con los nativos cortacabezas tuvo lugar a la orilla del río, en un descanso de su particular paseo por la jungla.
“Estábamos sentados en una pendiente de arena y ambos pensamos que iba a ocurrir algo, lo presentíamos. Y ahí fue cuando nos encontraron los dayaks, eran reacios a dejarse ver. Estaban en la otra orilla del río y se mostraban muy cautelosos a la hora de acercarse a nosotros. Y entonces uno de los dayaks reunió el valor suficiente y cruzó el río hacia nosotros. Cuando subió a la orilla vió la funda de la pistola y de repente empezó a gritar USA USA!Dan Illerich.

Lo soldados se quedaron asombrados de que unos salvajes pudieran conocer su país. Y es que en los años treinta, unos misioneros protestantes norteamericanos habían tenido mucho éxito entre los Dayaks hasta que la invasión japonesa acabó decapitando a aquellos ‘protectores espirituales’. 

Ya en el poblado, los nativos obsequiaron una de sus mejores cabañas a los soldados americanos. Un acogedor cubículo de piso formado por largos tablones de madera, paredes de bambú y techo cónico de hoja de palma. Construcción típica del pueblo Dayak. Poco días después los cinco soldados restantes fueron rescatados y conducidos por los dayaks.

Cuando los japoneses se dieron cuenta de que unos aviadores americanos habían caído en la jungla se organizaron para batir la zona. Los dayaks buscaron un refugio mejor en el interior de la selva para sus ‘invitados’, lejos de la evangelización (los nativos evangelizados eran incapaces de mentir a los japoneses) y el alcance nipón. Una patrulla japonesa se adentró con hostilidad en las aldeas dayak removiendo viejos odios y resentimientos mientras intentaba localizar a los soldados americanos.

“Pasaron la primera noche en una choza y la segunda los trasladamos río arriba, hacia un pequeño arroyo en una ruta por donde no pasaría nadie. Hubo un caos en la aldea. Los japoneses entraban y salían. Gente de otras aldeas venía a buscar a los estadounidenses. Yo les dije que se habían ido y que no sabíamos a donde.” Malai Ruguk, tribu Lun Dayeh.

Los dayaks mantenían un hondo resentimiento con los japoneses. Además de decapitar a sus misioneros, los japoneses habían confiscado comida y bienes, matado al ganado y lo peor de todo, maltratado a sus mujeres.
“Siempre molestaban a las chicas, las perseguían. Por eso estábamos tan enfadados con ellos. Hubo una reunión en la aldea en la que se decidió matar a los japoneses. Decían “si no los matamos, entonces nosotros seremos las víctimas. Nos ejecutaran a todos”

Fue entonces cuando los nativos decidieron acabar con los soldados nipones, rescatando sus viejos y sangrientos ritos y perpetrando una emboscada nocturna para alimentar el botín de sus cabezas cortadas. A partir de ese momento se declaró la guerra sucia entre ambas enemistades centenarias. Los Dayaks utilizaban a sus mujeres desnudas en el río como cebo para captar y llamar la atención de los japoneses para luego tumbarles con sus cerbatanas y romperles el cuello a cuchilladas. Todos los soldados japoneses que entraban en su zona eran asesinados y decapitados.
“Trajimos las cabezas y las distribuimos por todas las aldeas. Tras coger las cabezas las aldeas quedaron muy tranquilas”

La caza de cabezas era algo intrínseco a su cultura durante cientos de años, pero fue declarada ilegal por los misioneros y no la realizaban desde hacía una década.
“La gente que no se había convertido al cristianismo notaba un gran vacío en su religión. Era como oficiar una misa sin el pan y el vino. Tenían que prescindir del rito central. Carecían de la excitación, la emoción, el valor y la sangre que formaba parte de la caza de cabezas” Judith Heimann, autora del libro “The airmen and the headhunters”

“Había un insistente sonido de gongs con mucho ritmo. Contentos de que no fueran nuestras cabezas las que estuvieran ahumándose allí, es su forma de vida. Yo era un invitado a su casa, no iba a criticar lo que estaban haciendo”. Dan Illerich

“Los estadounidenses estaban muy contentos cuando matamos a los japoneses, porque entonces supieron que estaban a salvo” Malai Ruguk, tribu Lun Dayeh.

Mientras, al otro lado del mundo, se perpetraba un plan para rescatar a los ‘sufridos’ aviadores. El conocido y polémico antropólogo británico (además de ornitólogo, explorador, observador de masas, periodista, soldado, etnólogo, escritor, cineasta y guerrillero) Tom Harrisson, conocedor de la zona y especialista en la cultura Dayak, iba a ser lanzado en paracaídas para intentar el rescate de los soldados.

Cinco meses después de que la avioneta fuera derribada, Tom Harrisson y su equipo saltaron sobre un claro en la jungla cerca de donde se creía ejercían los dayaks y los kelabis. El plan era agasajar a las tribus locales con medicinas y regalos para ‘comprar’ su voluntad y ayuda para localizar a sus protegidos y rescatarlos.

Pero el antropólogo tenía además otros planes: reclutar a nativos como guerrilleros para acabar con los japoneses en la isla mediante la costumbre de caza de cabezas (ofreciendo cinco florines por cada cabeza) y la cerbatana como arma más eficaz en la selva.
“Los japos nunca pudieron hacer frente a las cerbatanas, y la mera sospecha de que había hombres con cerbatanas a su alrededor les inquietaba más que una docena de ametralladoras. No sé si estábamos infringiendo alguna regla de guerra, francamente no nos importaba” Tom Harrisson, antropólogo.

La descabellada idea para sacar a los soldados de la isla -ya muy débiles y enfermos- era construir una pista de aterrizaje en algún claro para que un pequeño avión Gloster los evacuara uno a uno hasta la costa; donde las tropas británicas ejercían ya su autoridad. El barro de la selva hacía imposible la maniobra de cualquier aparato y los ancianos de la tribu pensaron en construir una ‘alfombra’ de bambú. Dicho y hecho, la única pista de aterrizaje de bambú del mundo fue construida con la ayuda de 1.000 dayaks y coronada con las banderas aliadas y la simbólica cabeza de un japonés ajusticiado en lo alto de una bandera.
En 29 junio de 1945, Dan Illerich, el último soldado que quedaba fue evacuado en avión de Borneo.

“Nos tiramos en paracaídas en su comunidad en 1944 y fueron lo bastante valientes como para aceptarnos, protegernos y evitar nuestra captura. Esos tipos sabían que corrían un gran riesgo cuando comenzaron las operaciones contra los japoneses. Para mi son heroes, sino yo no estaría hablando con usted” Dan Illerich.

Unos días más tarde, dos grandes hongos cayeron en Nagasaki e Hirosima, eclipsando la historia de la Isla de Borneo y demostrando que lo más salvaje no proviene únicamente de las selvas.

Thursday, October 20, 2011

El velo de la razón: Nawal Al Saadaw.

 "La mujer es víctima del mercado. Tanto cubrirse como desnudarse son cosas del mercado, no manan del libre albedrío. El problema es el velo de la razón. La mujer no es una cosa a la que hay que ponerle artilugios para que parezca más joven"
 
"Usa tu mente porque ahí está el honor del ser humano. Dios no creó la religión, la religión la ha creado el ser humano".

"No entiendo cómo algunos se matan por ello. ¿Quién de vosotros ha elegido su religión?, la hemos heredado"

Nawal Al Saadaw, escritora, médico y luchadora por la igualdad.

Con su largo pelo blanco y su sonrisa casi traviesa tiene un aspecto entrañable. Los ojos de esta luchadora egipcia por la libertad y la igualdad transmiten una inagotable curiosidad. Tiene un discurso radical y vital que sorprende a su edad (nació en 1931 en Egipto) y más después de las consecuencias que le ha acarreado decir lo que piensa. "Prefiero morir antes de no poder expresar mi opinión". Dejó la psiquiatría para dedicarse de lleno a la literatura, y desde entonces su vida se convirtió en una lucha constante: le echaron de su trabajo, cerraron su revista, la encarcelaron y le prohibieron escribir (aunque ella siguió haciéndolo en papel higiénico) y acabaron de un plumazo con la Asociación Solidaria de Mujeres Árabes que fundó "para quitar el velo de las mentes” de las mujeres árabes.
 
La polémica por una obra de teatro muy crítica con la religión le obligó a abandonar Egipto de nuevo. Ahora vive en Estados Unidos, donde critica que sus amigas "se cuidan de las arrugas porque son víctimas del mercado".

Considerada una blasfema por amplios sectores, cree que la religión es producto de la política y no entiende cómo algunos "se matan por ello". "¿Quién de vosotros ha elegido su religión?, la hemos heredado", le espetó a un auditorio heterogéneo pero atónito por igual ante su dialéctica. Afirma que decir "soy palestino, soy musulmán o soy judío" es caer en el comercio religioso y anima a que en el futuro todos creamos en la justicia. 


Explicó que el islam dice que existe una responsabilidad directa ante Dios, que exige que cada uno entienda la religión bien y no siga sin más la interpretación de otros. "Usa tu mente porque ahí está el honor del ser humano. Dios no creó la religión, la religión la ha creado el ser humano".

Para ella, "seguir adorando el texto [Corán] es un peligro. Hay que adaptar el texto a la realidad, no la realidad al texto", añadió mientras algunas de las presentes se revolvían en su silla.


"Las interpretaciones literalistas del islam insisten en la necesidad de asimilar todos los preceptos del Corán y de la tradición islámica sagrada con el argumento de que o se acepta el todo, o no se puede aceptar nada"

"Dios es una idea, no un libro que sale de una imprenta". "El islam de hoy no es el de hace 100 años y cambia en cada país porque cada Estado lo interpreta según sus intereses", por eso para ella es primordial evitar perderse en debates inútiles como "velo sí, velo no" y abordar el verdadero problema del mundo, la pobreza.


"El Estado actual es injusto, está basado en la guerra, en el machismo. Tiene que haber un pensamiento valiente, insurgente, intelectual. El Estado no puede tener religión porque la tierra no la tiene. Tenemos que hacer una Constitución de la Justicia. Esto es lo que hay que discutir, y no hablar del velo porque la cuestión principal se pierde".


"La mujer es víctima del mercado. Tanto cubrirse como desnudarse son cosas del mercado, no manan del libre albedrío. El problema es el velo de la razón. La mujer no es una cosa a la que hay que ponerle artilugios para que parezca más joven"

"No habrá igualdad de género  si no hay igualdad entre los países y las clases. El 60% de la población egipcia vive debajo del umbral de la pobreza. La mayoría son mujeres, solteras, madres con hijos, que trabajan para dar de comer a su familia. Además, las mujeres tienen que enfrentarse también al renacimiento de los fundamentalismos religiosos; ya sean islámicos, cristianos o judíos. En cualquier caso la mujer resulta oprimida. Las mujeres siempre están oprimidas por las religiones. Sufren problemas económicos, políticos, religiosos, problemas para casarse o problemas vinculados al velo"

"¡No es suficiente ser mujer! Espero que la sociedad dentro de 500 años esté dirigida por progresistas en general, hombres y mujeres. Hay que defender la justicia. Mujeres como Condoleezza Rice, Margaret Thatcher, Hillary Clinton, Madeleine Albright, Angela Merkel, Golda Meier... son mujeres de derechas, que creen en el patriarcalismo. Mujeres opresoras que oprimen a otras mujeres"


"No se puede separar los asuntos de género de los demás temas. La política global está relacionada con el feminismo. No hay separación entre la dominación sufrida por las mujeres y la dominación que impera en el mundo"


Fuentes:

http://www.youtube.com/watch?v=uHYGtH98F40

Sunday, October 16, 2011

Lo que empieza cuando se acaba el lenguaje: la música


Hay sociedades sin escritura, pero ninguna sin música. Las melodías nos unen, nos hacen compartir estados de ánimo, forjan lazos sociales y fomentan la cooperación. En algunas culturas se usan como forma de rebajar tensiones y para rebajar diferencias entre personas. Se ha visto que al escuchar música se activan las áreas del cerebro encargadas de la empatía, donde están las neuronas espejo, que actúan reflejando las acciones y emociones de los otros como si fueran propias. De esta forma podemos sentir el dolor de los otros, su alegría, su tristeza, imitar sus acciones. Quizás por eso, la música es capaz de tocar nuestras emociones y crear lazos sociales porque nos permite compartir sentimientos.
A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos unidos para bailar, cantar y celebrar rituales. De hecho, no hay celebraciones que valgan que no tenga música, y eso ha sido así desde las antiguas tribus a los actuales conciertos de rock.

La música es una sucesión de señales acústicas que recoge nuestro oído y lo envía al cerebro y allí se descodifican y se les da significado. Todo ello pasa en fracciones de segundo. Para ello el cerebro tiene que involucrar a las emociones que son las encargadas más importantes de convertir el sonido en algo comprensible.

Stefan Koelsch, músico, psicólogo y neurólogo aclara la importancia de la música:

La música traspasa fronteras.

“Uno de mis estudiantes de doctorado viajó al norte de Camerún e hizo una investigación con personas que nunca habían escuchado música occidental antes. Estas personas fueron capaces de decir: “esta pieza suena bastante alegre, esta otra bastante triste y aquella bastante aterradora”. Suponemos que es porque en la tradición musical occidental la música triste imita la prosodia de una voz triste: tonos bajos que van disminuyendo el timbre, por ejemplo, un tempo que no sea rápido, sólo pequeñas variaciones de tono. Parece ser que cuando se codifica en forma de música, aunque nunca hayamos escuchado dicha música antes, somos capaces de reconocer qué emoción expresa la pieza en cuestión.” 

La música nos emociona.

La música tiene esa capacidad de ayudarnos a cambiar nuestro estado de ánimo, si lo deseamos. Desde la neurociencia sabemos que la música es muy poderosa a la hora de activar cada una de nuestras estructuras emocionales en el cerebro. Esto significa que la música es capaz de evocar el núcleo mismo, el núcleo de las estructuras cerebrales responsables y creadoras de nuestro universo emocional, algo muy importante también para las terapias donde podemos intentar aplicar la música para ayudar a aquellos pacientes que padecen trastornos de sus estructuras cerebrales y que están relacionados con las emociones”

En el libro ‘Musicofilia’ del neurólogo Oliver Sacks, narra la asombrosa historia de Clive Wearing, un músico y musicólogo inglés que a los cuarenta y cinco años sufrió una devastadora infección cerebral que afectó gravemente a su memoria. Desde entonces, su rango de memoria es de siete segundos. En su diario, escribe, una y otra vez, anotaciones del tipo: 2.10 pm: esta vez estoy perfectamente despierto (…) 2.14 pm: esta vez estoy por fin despierto (…) 2.35 pm: esta vez absolutamente despierto… Pero cuando Clive se sienta al piano, comienza su contacto con el mundo: todo su saber musical, su capacidad para tocar el piano y el órgano, para cantar o dirigir un coro se conservan intactas.

La música es el mejor lenguaje.

“De hecho, algunos de nuestros estudios han probado que la música puede comunicar información, que no es algo que simplemente crean los terapeutas de la música y que no tenga base científica” 

 “Como humanos, somos una especie social y no podríamos haber sobrevivido a lo largo de la evolución sin cooperar ni comunicarnos, si no hubiésemos manifestado un comportamiento social con otros individuos. Mientras hacemos música, volvemos a vivir todas esas experiencias y ponemos en marcha todas esas funciones sociales. Existen algunas sociedades donde, si dos personas están enemistadas y acuden a un “tribunal”, se espera de ellos que canten, no pueden pelearse. Bueno, pueden exponer el motivo del enfrentamiento pero tienen que cantar el motivo de la pelea. Porque la gente no puede mentir con la misma facilidad cuando canta y se enfrentan unos a otros de una manera mucho más cooperativa, de un modo que tiene mucho más sentido que cuando simplemente nos gritamos”

 “A menudo, cuando hablamos de emociones utilizamos palabras para referirnos a algo que sentimos en nuestro cuerpo. Cuando utilizo una palabra para referirme a una sensación de mi cuerpo y tú utilizas la misma palabra, ¿cómo puedo estar seguro de que nos estamos refiriendo a lo mismo? Nunca se sabe. Pero, ¿y si utilizamos la música?, ¿y si utilizo la música para evocar algo en ti, emociones y sensaciones que tengo en mi cuerpo? A veces, la música puede hacerlo mejor. Con la música podemos comunicar esa información incluso sin que se vea distorsionada por las palabras.”

La música es innata.

Somos de forma innata, desde lo más profundo de nuestra naturaleza, criaturas musicales, muy musicales, todos nosotros. Y hay una buena razón para ello: además de que nos permite desempeñar todas esas funciones sociales mientras hacemos música, también necesitamos esas capacidades para aprender a hablar.
Cuando nacemos, no sabemos qué significa “pechos”, “leche”, “beber” o “sorber”, pero aprendemos a hablar al escuchar los sonidos musicales del lenguaje y así es como los niños aprenden a hablar, escuchan la música del habla y al hacerlo también entienden el lenguaje.”

“No sólo los adultos se entienden mucho mejor cuando no hablan con una voz monocorde, le ponen una cierta entonación y ritmo. En el caso de los niños, también es muy importante pues hay estudios que demuestran que si los padres no hablan con sus hijos jugando con la entonación los niños son mucho más susceptibles de padecer trastornos del habla y del lenguaje

En definitiva, la música une:

Los gorgoritos yodel de los Alpes… 
...y los de los Baka, Pigmeos, en Cameroon!!

 

Y la vida es ritmo:

 
Fuentes: